PSOE y PP retan a Ferreiro a llevar la bajada del IBI al pleno este año

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

César Quian

Los socialistas piden una sesión extraordinaria y los populares, que se debata el lunes

04 nov 2016 . Actualizado a las 16:52 h.

PP y PSOE mantienen la presión para que el gobierno rebaje el IBI en el 2017. Juntos suman 16 concejales en el salón de plenos, dos más que la mayoría absoluta, pero el miércoles no pudieron aprobar el voto particular que presentaron los socialistas para bajar la tasa un 5 %, porque el alcalde retiró del orden del día el punto en el que se debatiría esa propuesta.

Durante la sesión, el concejal del PSOE José Manuel García planteó la posibilidad de convocar un pleno extraordinario para recuperar su propuesta. Ayer su portavoz, José Manuel Dapena, envió un escrito al regidor, Xulio Ferreiro, y a las portavoces de PP y BNG para que faciliten la convocatoria de esa sesión extraordinaria, ya que hace falta el respaldo de siete concejales y el grupo del PSOE tiene seis.

García compareció ayer para anunciar esa petición. También acusó a Ferreiro de haber «hurtado» al pleno el «debate legítimo» de las ordenanzas, y recordó que su partido estaba dispuesto a apoyar las diez reformas a las tasas que impulsaba la Marea. Sin embargo, señaló, antes que aprobarlas, el alcalde prefirió retirarlas para evitar que se debatiese la única propuesta del PSOE, la reducción del IBI en un 5 %.

García subrayó que «hay tiempo» para aprobar el cambio si hay «voluntad política» de hacerlo, y explicó que los datos del paro del último año, que situaron A Coruña como la ciudad gallega que peor se comporta, y de ejecución presupuestaria, que dicen que el Ayuntamiento tiene sin gastar más de 66 millones en inversiones, subvenciones y obras, «no invitan a subir impuestos, sino a bajarlos». Por eso insistió en la necesidad de bajar el IBI para dar un «alivio fiscal de cinco millones de euros a los coruñeses».

Todo indica que deberá ser el PP el que «preste» un concejal al PSOE para convocar el pleno, ya que la portavoz del BNG, Avia Veira, tachó de «populista» la propuesta de bajar impuestos y por la Marea, la concejala de Facenda, Eugenia Vieito, aseguró que su grupo no permitirá «unha baixada demagóxica» del tributo.

Sin embargo, los populares no habían ayer decidió qué harán. Su portavoz, Rosa Gallego, mostró su sorpresa por la decisión del PSOE de anunciar su petición sin antes consultar a los otros grupos, ya que la misiva de Dapena se envió después de la comparecencia de José Manuel García.

Gallego comparó esa conducta de los socialistas con el «desastre» de la Marea y advirtió que su grupo no va a «hacer un paripé» ni a participar en el «juego del gato y el ratón», que a su juicio mantienen los de Xulio Ferreiro con los socialistas, y advirtió: «Con nosotros no van a jugar».

La portavoz conservadora fue muy crítica con los dos grupos de izquierda. Calificó al ejecutivo de Ferreiro de «incapaz e inepto». Señaló que la ciudad está «bloqueada por un gobierno ineficaz» que «no se dedica a gestionar», sino a «andar de ruta turística por las ciudades rebeldes en su particular ‘Operación triunfo’».

Gallego recordó que su partido ya instó a bajar el IBI el año pasado, cuando el Gobierno central levantó el mínimo que había impuesto para paliar los efectos de la crisis económica. En aquella ocasión la Marea y el PSOE votaron juntos para que la tasa continuase igual, a diferencia de lo ocurrido en Santiago y Ferrol, donde bajó. Gallego reiteró su exigencia a Ferreiro de que lleve la rebaja al pleno del lunes e insistió en que así dará tiempo a hacer el cambio antes de enero.

Una corporación ingobernable tras el rechazo a un gobierno de coalición

El mundo al revés. En la comisión de Facenda previa al pleno, el PP y el PSOE votaron en contra de la subida del agua, sin embargo los populares se abstuvieron en las ordenanzas fiscales y el PSOE las apoyó, lo que habría supuesto el rechazo de la primera medida y la aprobación de la segunda. Llegados al pleno del miércoles, Ferreiro fue invitado por el PP a retirar la tasa del agua, ya rechazada por la comisión, y ocurrió lo previsible, volvió a ser rechazada. Luego el alcalde decidió retirar las ordenanzas fiscales, a pesar de que habían sido aprobadas en la citada comisión.

Lo ocurrido refuerza la sensación de «pérdida de control» del gobierno, en palabras de un veterano funcionario, que no recuerda nada similar en toda su carrera en el Ayuntamiento.

En el último año, el ejecutivo tuvo problemas para aprobar asuntos. Lo achacó al «bloqueo» del PP y el PSOE, que le reprochan no negociar sus propuestas. El miércoles, Avia Veira (BNG), que respaldó a la Marea en varios puntos, repitió esa acusación: «Non veñan co vitimismo, a responsabilidade de non negociar as ordenanzas é única e exclusivamente do goberno».

La sensación de descontrol viene de antes, pero se ha agudizado tras la retirada de las ordenanzas para evitar la bajada del IBI. Esa decisión demostró que la Marea carece de apoyos para hacer política fiscal, lo más básico en una Administración, y que debe recurrir a los poderes del alcalde no ya para tomar decisiones, sino para bloquear las que quiere tomar la oposición.