A Coruña es la única ciudad gallega con más parados que hace un año

En A Coruña la trillada senda de la recuperación económica todavía va cuesta arriba a la luz de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre del año publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta es la ciudad gallega en la que la tasa de paro subió más respecto al mismo período el año pasado, del 15,2 al 16,7 %; sigue por tanto hermanada con Ferrol en el grupo de las que destruyen más empleo del que crean, y en términos absolutos también es la única de las siete capitales que hoy acoge a más parados que hace un año: 19.900 personas frente a las 17.700 de octubre del 2015.

La EPA es la fuente estatal más fiable para medir la evolución del mercado de trabajo en España (el paro registrado excluye a colectivos que la encuesta del INE sí tiene en cuenta), pero en los resultados por ciudades adolece, con todo, de errores muestrales derivados de la propia metodología. Con esa precaución, en A Coruña los datos también parecen contradecir la inclinación del tercer trimestre a registrar mejorías, aunque sean estacionales. Crece, eso sí, la tasa de actividad de un año a otro, apenas un 0,9 %, pero el paro no consigue invertir la tendencia.

Más contratos indefinidos

Las estadísticas también cobijan pequeñas alegrías. Los contratos indefinidos no han dejado de crecer y ahora mismo hay 3.700 más que hace un año (la encuesta cifra en la ciudad 66.400 fijos y 20.000 temporales). La población ocupada ha crecido tímidamente y alcanza casi las 100.000 personas. Y del análisis por sectores económicos resulta que la industria ha sido capaz de generar al menos 1.300 puestos de trabajo nuevos en los últimos doce meses. La presencia de la agricultura y la pesca, en cambio, es poco menos que testimonial, tanto que los 600 trabajadores contabilizados por la EPA hace un año se han reducido a un centenar. La construcción, pasado el bum del ladrillo, continúa su caída libre, con una pérdida de 1.900 empleos. Y los servicios mantienen su control absoluto sobre la economía local con 83.600 trabajadores, y subiendo.

Profesionales, mayores de 50 años, gestionando la esperanza

Algo menos de 10.000 mujeres, 9.800 según la Encuesta de Población Activa, están buscando empleo en la ciudad. Solo son 300 menos que los hombres que se encuentran en la misma situación, y hace un año apenas sumaban 7.400 trabajadoras frente a los 10.300 hombres en paro. Olga Vázquez Souto es una de ellas. En el 2015 ya buscaba empleo y en los tres años anteriores también. Nació en Vimianzo y es doblemente emigrante, en Venezuela desde la niñez y en Andorra cuando a su regreso de América solo encontró un trabajo precario en una empresa de curtidos gallega. La diáspora le brindó experiencias de innovación pedagógica que no ha conseguido rentabilizar en su nueva etapa en A Coruña. Cubre bajas de días en las escuelas infantiles públicas de A Galiña Azul, un día en Muros, otro en Zas, el siguiente en Cambre, y trata de mantener la esperanza. «Me encanta mi trabajo, soy buena e intento apretarme y pensar que cualquier día me dan una interinidad, pero a veces siento pánico, eso es así».

Olga Vázquez ya no tiene a sus hijas a su cargo. Juan Fernández, paracaidista militar en la reserva y maquetista, sostiene a su hija de 19 años y hace cuatro meses fue seleccionado para participar en un programa público de promoción de empleo por el que percibe 426 euros al mes. Llevaba cinco años inscrito en el antiguo Inem y gracias a este programa y a las gestiones de un técnico de la oficina de Monelos, redobló la búsqueda y recibió una oferta de limpiador de oficinas. Le sorprendió. «Nunca lo he hecho, mi currículo no va por ahí y al final no salió, pero en todo caso estaría obligado a aceptarlo. Y con mi hija por supuesto que lo haría, sin dudarlo». Juan Fernández es optimista. Confía en la recuperación y está convencido de que los contactos de estos meses le traerán frutos.

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