El pesquero llevaba desde el 2004 en la entrada de la ciudad
21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El pesquero Corpiño de Muxía aguantó 12 años varado en la avenida de Alfonso Molina, a las puertas de A Coruña, haciendo su papel de reclamo turístico y de bienvenida para los visitantes de la ciudad. El Corpiño de Muxía se caía a pedazos desde hace tiempo. Aguantó viento y marea durante todos estos años, además de sufrir las duras embestidas de unos cuantos vehículos que acabaron empotrados en su casco de madera cuando trataban de trazar la curva del carril de acceso a Matogrande.
Los trabajos de demolición del pesquero comenzaron sobre las nueve de la mañana de ayer, cuando un grupo de obreros municipales llegaron con una excavadora con cazo y un camión para trasladar los restos del barco a la planta de reciclaje de Nostián.
La actividad de los trabajadores en el entorno de la embarcación llamó la atención de los vecinos de la zona, que no dudaron en acercarse a curiosear y a sacar las últimas fotos del Corpiño de Muxía en el emplazamiento que ocupó en estos últimos años.
Desguace
En poco más de una hora, el personal municipal logró desmontar el pesquero y solo se encontraron cierta oposición a la hora de desenterrar la quilla, que estaba clavada literalmente en la tierra. En ese momento, el Corpiño de Muxía dejó ver todas sus miserias. La estructura estaba en muy malas condiciones, con casi toda la madera podrida. Los trabajadores lograron desencajar de una pieza el puente, pero el resto fue trabajo de desguace puro y duro, para preparar de nuevo la ubicación donde próximamente se colocará el Atalaya, otro pesquero que quedará plantado en Alfonso Molina gracias a una donación particular. Este barco está en los pantalanes del puerto de Oza, donde lo están acondicionando su traslado, aunque todavía el Ayuntamiento no confirmó la fecha definitiva de la instalación.
El Corpiño de Muxía fue alojado en una de las zonas verdes de Alfonso Molina a finales de abril del 2004, después de que el Ayuntamiento de A Coruña aceptase la donación de Ángel Manuel Neira, un armador del puerto de Lorbé, que decidió jubilar su antigua embarcación después de la construcción de otro buque para sustituirlo.
El pesquero ahora retirado ocupó también el lugar del Pepe Golán, barco que quedó destruido en octubre del 2003 después de que un conductor entrase hasta la bodega con su vehículo, tras una salida de vía.