«La política es un asunto familiar pero yo opté por una vía más alegre»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez< / span>

Conoció Galicia de la mano de Fraga, trabajó en Fenosa y ahora expone su pintura

17 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

De niña quería ser actriz, cantante o bailarina, pero su padre le dijo: «Tú abogada». La hija mayor de Luis Alberto Lacalle, expresidente de Uruguay, evoca como «me recibí abogada». Pero Pilar Lacalle Pou acabó dejando que triunfara su vena artística y el próximo día 21, a las 20.00 horas, inaugura en el Club Financiero la exposición de pintura Depende, la primera que hace en Galicia.

-¿Como surge esta exposición?

-Vine en junio con toda mi familia para celebrar en Madrid los 70 años de mi madre. Estando allí me llamó un colega de Montevideo para decirme que todos los años expone en el Club Financiero y este año no lo puede hacer.

Así surgió esta posibilidad y la de saltarme el invierno de Uruguay. Quería conocer más Galicia, que para mi es especial. Fue de los primeros lugares que conocí en España, de la mano de don Manuel.

-¿Eran amigos de Fraga?

-Era muy amigo de mi padre, de mi abuelo y de mi bisabuelo, que lo conoció cuando Don Manuel era ministro. Soy la cuarta generación de esa amistad. Mi bisabuelo fue presidente de Uruguay, lo fue mi padre y ahora mi hermano es senador y candidato. Es un tema familiar. A mi no se me ha pegado [risas]. Yo opté por una vía más alegre y con menos problemas.

-¿La política es triste?

-Es muy exigente. Y la política bien entendida como a mi me han enseñado, como la he visto en mi casa es como un sacerdocio: en lugar de entregar tu vida a Dios la entregas a la patria.

-¿Trabajó de abogada?

-Al acabar me fui hacer un máster en Washington, para perpetuar mi condición de estudiante. Hice una pasantía en la CNN en español; hacíamos un programa político que se llamaba Choque de opiniones, muy interesante. Después trabajé en el Banco Interamericano de Desarrollo, hice ademán de volver a Uruguay y fue cuando me contrató Fenosa porque necesitaban gente en Chile. Me fui con la condición de que al año me enviaran a Madrid. Al cabo de un tiempo volví a Uruguay, estuve promocionando vinos uruguayos, y un día decidí dedicarme a lo que me gusta que es pintar. Voy a ganar menos dinero, pero seré más feliz. Gané en calidad de vida y desde entonces me he dedicado a viajar por el mundo haciendo muestras y llevo más de 45, individuales y colectivas, en Madrid, Sao Paulo, Buenos Aires...

-¿Siempre ha pintado?

-Sí, pero no lo hacía full time.

-¿Ya pintó lo que va a exponer?

-Me vine a pintar aquí, porque pinto cuadros grandes. Abstracto, muy colorido, dinámico, con movimiento. La pintura abstracta es muy liberadora, una catarsis. Me instalé tres meses en A Coruña y pinté doce obras que son las voy a exponer.

-¿Es liberadora? Hay gente que dice que no entiende nada...

-Para mi no hay que entender. Es un tema de transmitir: o te gusta o no te gusta. A la gente que dice que no entiende mucho de pintura le digo: «Si tengo que explicártelo ya vamos mal». La pintura te transmite energía, optimismo, buena onda... Es una forma de transmitir sentimientos. Tengo una manera de pintar un poco peculiar en el sentido de que no lo hago con una idea preconcebida de lo que voy hacer: me planto frente al lienzo y me dejo llevar. Es un juego.

-¿Siempre pinta donde expone?

-No, en la mayoría de lugares he llevado la muestra pero aquí era más complicado por el transporte de las obras. Como tengo varias amigas en A Coruña pues me vine. La gente es muy cariñosa aquí, me siento en mi casa. Es impresionante lo parecido a los uruguayos que son los gallegos y especialmente los coruñeses. ¿Sabe que la colonia más grande de coruñeses está en Uruguay?