La UE no financia buenos propósitos

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló CRÓNICAS

A CORUÑA CIUDAD

09 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mucho cemento y muchos paseos marítimos. Es cierto, pero incluso admitiendo que no a todas las inversiones se le sacó el mejor rendimiento y que hubo mucho gasto suntuario, nadie negará ahora que las cantidades de dinero que Galicia recibió de Europa desde el ingreso en la Comunidad han contribuido a transformar el país. También A Coruña y también lo hizo el cemento (los paseos marítimos, las infraestructuras en general) que en su día empujó un proceso de modernización -todavía incompleto y hoy con otras necesidades- de un país esquinado y que aspiraba entonces a colocarse al menos en el 75 % de la renta media de los ciudadanos europeos.

Se estima que fueron 20.000 millones de euros los que llegaron a Galicia desde el año 86. Mucho cemento y alguna obra faraónica, pero hace ya mucho tiempo que también llegan fondos para la investigación, la formación y promoción del empleo, a las universidades, el saneamiento, el urbanismo y la movilidad, la universalización de las tecnologías de la información o la recuperación del patrimonio. En definitiva, la mejora de la calidad de vida y bienestar de los ciudadanos con criterios que han superado el modelo del palacio de congresos pagado con talonario de nuevo rico a un arquitecto de renombre.

Aunque la crisis iniciada en el 2008 nos hizo perder posiciones, el despegue económico, apoyado entre otros muchos factores en ese caudal de millones procedente de la solidaridad europea (y la corrección estadística por la entrada en la UE de país aún más pobres), nos colocó en los últimos años más cerca del nivel cien de los convecinos comunitarios. Pero aún no lo estamos, y la sequía que arrastran otras fuentes de financiación para las administraciones no apunta precisamente un camino fácil. Por eso adquiere todavía más calado el revés que supone para A Coruña haberse quedado fuera del reparto de los fondos Eidus. Los 15 millones de euros que aspiraba a recibir el Ayuntamiento en los cuatro próximos años con la propuesta que no alcanzó la puntuación suficiente representan más del 11 % de los recursos disponibles para inversiones en los presupuestos municipales. Obras como la reforma de los mercados están en el aire. Y lo está también un ambicioso programa de erradicación de chabolismo, cuya necesidad en ciudades como la nuestra es la muestra vergonzosa de que las políticas de convergencia necesitan un buen enfoque además del cemento.

Ha habido errores de planteamiento en el Eidus. Será difícil recuperar los 15 millones en el segundo reparto, pero al menos que no quedemos a cero. Las memorias para obtener fondos de la UE no pueden ser declaraciones de buenas intenciones ni voluntariosos ejercicios de diletantes.