No solo va a ser fútbol... ¡pásate al trial!

TEXTO: LAURA G. DEL VALLE

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

LES VA SOBRE RUEDAS ¿Que el niño pase de dar patadas a un balón a saltar obstáculos sobre dos ruedas? Ni hablar. Eso pensarán muchos padres antes de continuar leyendo. Pero ¿y si adelanto que practicar trial favorece la autogestión, fomenta la autoestima y les ayuda a ser más responsables?

17 sep 2016 . Actualizado a las 06:00 h.

Es una apuesta arriesgada. Convencer a padres y madres de que el trial es el deporte adecuado para que sus hijos desarrollen la concentración y aumenten su autoestima sin dejar de pasar un buen rato. Pero cuando superan la barrera de los prejuicios ya no hay vuelta atrás. Lo sabe bien Dani Colino, que imparte clases de trial para los más pequeños en A Coruña desde hace poco más de un año. Eso sí, con bicicletas, que es el vehículo que domina este profesor cuyas raíces van a caballo entre Galicia y Asturias, desde donde trajo esta modalidad deportiva a la ciudad herculina. «Galicia tiene más personas federadas que Cataluña -el centro neurálgico en España- en este deporte, las cosas tienen que cambiar», indica. Empezando por los niños, debió de pensar Colino. A por ello. Los más pequeños adoran a Dani, posiblemente por la pasión con la que habla de este deporte y de los escasos peligros que en realidad supone practicarlo. «Trabajo con chavales de 15 y 16 años, pero también con niños de 5; y lo peor que te puede pasar, si eres consciente de tus limitaciones y de adónde puedes llegar, es un rasguño», señala. Y es que durante las dos horas semanales que estos niños saltan obstáculos sobre dos ruedas mientras la mayoría da patadas a un balón, están constantemente «asumiendo responsabilidades». Según explica este experto, el análisis y la autogestión forman parte de un tándem indisociable a la hora de practicar trial, «por eso convence a muchos padres que en principio no están convencidos».

Pero los hay que desde el primer minuto han querido que sus hijos formen parte de este batallón. Estos adultos, en su mayoría aficionados a las bicis y a las motos, llevan el fervor por estos vehículos en la sangre, y empezaron a buscar actividades extraescolares en las que sus hijos pudieran instruirse. Así conocieron a Dani, y surgió la chispa. Lo explica Robert, un andorrano afincado en A Coruña y padre de Guillermo, un niño que, con solo 6 años, compite con moto de trial.

«La iniciativa de que Guillermo empezara con clases de bicicleta de trial fue nuestra. Aunque sabe ir en moto porque nosotros somos unos fanáticos y también practicamos, era importante que controlara una bicicleta para mejorar el equilibrio y fortalecer determinadas partes del cuerpo».  Además, Robert lo tiene claro: «Otro de los mejores beneficios que obtienes con este deporte es la satisfacción de saber que porque tú lo hagas bien otro no va a perder». Están todos juntos cuando van con la bici, «así que es como un deporte de equipo, pero sin necesidad de confrontar a los niños, cada uno pelea contra uno mismo por hacerlo mejor», asegura. Esta alternativa a los deportes tradicionales, a la que también se apuntan las niñas ?«no están en la foto porque no pudieron ir ese día, pero tengo tres», explica Colino- tiene como principal inconveniente el precio, ya que, según Robert, «los niños crecen y tienen que cambiar de bici cada dos años, y una nueva puede llegar a costar 800 euros». Sin embargo, este asiduo al trial asegura que están dispuestos a «prestar bicis que a nuestros hijos ya no les sirven para que los niños prueben si les gusta». Y si no, no pasa nada. «Hay muchos niños que abandonan por la presión de sus padres, que pretenden que sean los mejores del mundo y esa no es la intención: aquí vienen a pasárselo bien», deja muy claro el profesor.