«Somos 'crisisnativos' y encontramos un modo de facilitar oportunidades»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

M. míguez

Vio nacer este espacio de trabajo y creatividad compartida de San Andrés

29 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace casi cuatro años nacía en plena calle San Andrés una iniciativa que, si bien en un principio desconcertó a propios y extraños, el tiempo ha demostrado que era efectiva. Se trata de No Importa, una especie de factoría de ideas y espacio compartido de trabajo en el que se encuentra, entre otros, el estudio Soma Arquitectura, al que pertenece Fernando Martínez, uno de los fundadores de No Importa.

-¿Cómo se les ocurre crear un espacio como No Importa?

-Pues como suelen nacer estas cosas, en la barra de un bar, hablando con compañeros de las necesidades de espacio. Y con más ganas que recursos dimos al final con este edificio en San Andrés que nos pareció perfecto: una calle histórica, pero en horas bajas, y con la posibilidad de contar no solo con un local, sino con un edificio entero con una planta baja que nos permitía organizar eventos de distinta índole, cultural, artística, profesional, técnica... Un punto de intercambio cultural con la ciudad.

-Y definen el invento como Taller Creativo.

-Es un modo de definirnos, aunque es casi lo de menos. Lo que nos une, eso sí, es la creatividad. La gente al principio pensaba que éramos una galería de arte. Es un espacio difícil de definir, va mutando. Y lo único que tenemos en común es la pasión por lo que hacemos y las ganas de crear. Realmente, no importa cómo nos definan.

-¿Quiénes conforman No Importa?

-Hay de todo. Un pintor, un fotógrafo, diseñadores de webs, estudios de arquitectura, expertos en coaching... Incluso un abogado, porque hasta la abogacía puede ser creativa. Y han pasado periodistas, gente de la moda, del audiovisual... Porque somos unos cuantos socios que llevamos desde el principio y luego hay gente que va y viene, que está una temporada y luego se cambia. Ese flujo nos interesaba mucho, porque así hay más intercambio de ideas, de inquietudes culturales, artísticas...

-¿De dónde sale el nombre?

-Somos crisisnativos, cuando empezamos todo estaba muy mal y esto era un modo de facilitar ciertas oportunidades. De ahí deriva precisamente el nombre de No Importa. Buscando uno bueno llegamos a la conclusión de que realmente no importaba el nombre, era lo de menos. Y sin embargo dimos con uno perfecto. Pero tampoco nos gusta hablar de crisis. Es lo que nos tocó y hay que tirar para adelante, a base de compartir espacio y experiencias.

-Compartir es un modo de economizar.

-El estudio en el que estoy, Soma Arquitectura, no podría permitirse estar en un local como ese en San Andrés si estuviéramos solos. Compartir gastos es fundamental. Pero también compartir imagen, eso nos beneficia a todos.

-¿Y funciona? ¿Han salido proyectos conjuntos?

-Sí, desde cosas comunales, para todo el centro, como el diseño y las ilustraciones para el hospital de día de niños del Materno, hasta muchas cosas en las que se implicaron dos o tres miembros de No Importa. La colaboración es constante.

-El hecho de estar en una calle como San Andrés no es casual.

-Eso era parte del reto, recuperar el edificio, recuperar San Andrés del mismo modo que nosotros también queríamos recuperar nuestro sitio en la sociedad, en el mercado laboral.

-¿Y cree que San Andrés llegará a recuperarse, como sí le está pasando al Orzán?

-Hay muchos locales que no se alquilan porque tienen unos precios fuera de mercado, probablemente porque los propietarios no tengan necesidad de alquilarlos. Pero puedo decirte que desde que estamos allí han abierto varios comercios y muy pocos han cerrado. El Orzán tiene otro encanto, otra escala. Pero creo que San Andrés acabará dentro de ese proceso. Tarde o temprano tiene que resurgir, a lo que quizás ayudaría su peatonalización o aquel proyecto aparcado de plataforma única.

«En nuestra Planta Baja cabe cualquier tipo de actuación o evento que nos parezca divertido»

Uno de los objetivos de No Importa es el de dinamizar la vida cultural de la ciudad, para lo que cuentan con un espacio en su planta baja al que han llamado precisamente así, en el que se han sucedido numerosas actuaciones de distinta naturaleza. Y cada vez con mayor frecuencia.

-Se está notando mucho movimiento en la Planta Baja de No Importa en los últimos tiempos.

-Eso es gracias a Mónica Borrás. Como reza el dicho, si no quieres que una cosa salga, nombra una comisión. Y si quieres que vaya adelante, designa un responsable. Mónica llevaba ya con nosotros mucho tiempo y le propusimos que se encargase de la dinamización de ese espacio. Y se está notando. Es un auditorio familiar, pequeño, pero muy versátil, porque se adapta a casi cualquier formato. Meterle una programación estable no es fácil, sobre todo al principio. Pero queríamos que no diese la impresión de que el edificio está cerrado, abrirlo a la gente que se pregunta qué es esto. Como es complejo explicarlo, lo mejor es que vengan y lo vean por sí mismos.

-¿Qué tipo de eventos quieren meter en el local?

-Estamos abiertos absolutamente a todo tipo de actuaciones y eventos. En estos cuatro años han pasado por la Planta Baja desde Rober Bodegas con sus monólogos hasta un concurso de tortillas. Cabe cualquier cosa que nos llame la atención, que nos parezca divertida.

-¿No les resulta complejo estar trabajando contra reloj para entregar un proyecto mientras en el piso de abajo se está celebrando un concierto?

-A todo te acostumbras [ríe]. Además hay tres plantas de diferencia, eso da cierto aislamiento acústico. Y si no, te pones los cascos y ya está.