-Resulta curioso que sean los bares los que hagan más habitable una zona.
-Es el carácter de estos bares. El Baobab es una coctelería, y el mundo del cóctel es sinónimo de beber bien, e invita a hacerse moderadamente. No es lo mismo tomarse un cóctel que un combinado. Esto es otro proceso, más lento, que requiere más tiempo. Eso lo hemos comprobado en los once años que llevamos abiertos. Cuando uno entra busca probar algo nuevo, degustar algo, pero nunca la embriaguez. Y esto es justo lo contrario al botellón. Sería bueno educar a la juventud en esta cultura, y no en la de emborracharse. Hay que beber poco y bien, ese es el secreto.
-¿Qué se bebe ahora? ¿Se ha superado la fiebre del gin tonic?
-Fue una moda, sin más. Ahora lo que ha vuelto es lo clásico. Los sabores frescos y dulces, como los del Mojito, son lo más demandado. Pero hay cierta vuelta a sabores amargos, a tragos más alcohólicos, que probablemente se conviertan en tendencia en los próximos años.