¿Se puede tener dos mejores amigos?

Ángela Barros / N. S.

A CORUÑA CIUDAD

Pavel Losevsky

LA CONFIANZA MUTUA es el pilar de las relaciones humanas. Sin ella toda la estructura se viene abajo. Pero, ¿se puede querer por igual a dos amigos o acabamos eligiendo a uno como el mejor de todos? El debate está servido. Los expertos opinan... Y nos advierten de que es probable que aparezcan los celos.

06 ago 2016 . Actualizado a las 09:08 h.

El espejo y la amistad siempre dicen la verdad. Y si la verdad se multiplica por dos, a ver qué hacemos. Cuando miramos alrededor y vemos lo difícil que se nos hace la vida, lo empinada que se está volviendo la cuesta, sonreímos por dentro pensando: «No estoy sola. Tengo dos grandes amigos en las que apoyarme». Este sentimiento de ayuda, de protección y de afecto es algo que nunca cambiaríamos. Piensa por un instante, ¿no es increíble tener a alguien que nos aconseja, nos tiende la mano y nos cuida?. Y si en vez de uno, contamos con dos ya ni te cuento. Tener la seguridad y la confianza en dos personas por igual es algo real y todo un privilegio. Pero aquí nos encontramos con el debate, ¿se puede querer a dos amigos de forma equitativa o te decantas por uno u otro en determinados asuntos?. Pensándolo bien, no es cuestión de fidelidad como en una pareja, sino de afinidad, neutralidad y honradez entre ambas.

ALTRUISMO RECÍPROCO

Los celos surgen cuando la competencia se deja ver. Tener dos mejores amigos, a veces, es análogo a tener dos novios. Es algo difícil de llevar y de solucionar cuando los problemas aparecen. Manuel Lage y Elena Borrajo, psicólogos en A Coruña, nos cuentan por qué. Ella, experta en relaciones de apego, apunta que «los celos aparecen cuando una persona es insegura. Es algo que tiene que ver con el trastorno del apego, es decir, cuando alguien en una relación, en este caso la amistad, tiene miedo de perder al otro o de sentirse despreciado». Sin embargo, Manuel Lage asegura que «no tienen por qué aparecer si la confianza y el cariño superan cualquier traba».

La amistad es una relación íntima que se basa en dar y recibir, o puede ser una relación compasiva en la que ayudamos sin nada a cambio. Elena insiste en que en una amistad donde existen dos mejores amigos tiene que existir «la equidad». Ella explica la comparación entre el «dar y recibir» (altruismo recíproco) y el «dar sin nada a cambio» (relación compasiva). ¿Cuál de los dos genera una amistad sana? La psicóloga afirma que «siempre es más benefactora la que construya una relación menos jerárquica», pero el tema se complica un poco más. «Puede ser que la relación compasiva sea satisfactoria en el caso de que la persona necesite dar porque ella se identifica con un papel cuidador y salvador. Hay personas que se sienten más cómodas en este rol». Esto, aclara Elena, no significa que sea lo más adecuado, sino que es como la persona se siente mejor. «Al final, si seguimos en una relación compasiva en la que uno da y no recibe nada, generaremos una crisis». Desde pequeños sabemos que podemos tener varios amigos. La amistad es algo que se instaura desde la infancia. «Aprendemos a compartir, a confiar y a querer a personas nuevas», pero ¿mejores amigos?, Elena lo confirma: «Por su puesto que sí».

¿A TU PADRE O A TU MADRE?

Cambiando de sexo, Manuel Lage responde a la pregunta, «¿se puede querer por igual a dos mejores amigos?», y contesta riéndose: «¿Quieres más a tu padre o a tu madre?». Así, sostiene que «claro que podemos querer por igual. El ser humano puede tener muchas relaciones amistosas y valorarlas de manera proporcional». Si queremos a nuestros padres imparcialmente, ¿por qué no aplicar esta norma para dicho debate?. Muchas veces en la vida nos cuesta mostrar nuestros sentimientos y necesitamos que alguien (que conozca hasta nuestros lunares), nos pregunte: «¿Estás bien? Te noto raro». Lage cuenta que «el hecho de dar es una actitud necesaria para la satisfacción». Es decir, cuando nos sentimos mal y algo ocupa toda nuestra mente preocupándonos, siempre ayuda y nos saca una sonrisa que nuestros amigos estén ahí. «El ser humano necesita de los demás para ser él mismo y poder disfrutar. Cuantos más mejor. Si son dos, que sean tres, cuatro o cinco», detalla Manuel. Para Elena las características principales a la hora de mantener este tipo de amistad son: «Provocar un placer mutuo, no basarse en una relación jerárquica y que sea una amistad asentada en la libertad y en la flexibilidad». La amistad es siempre una forma de enriquecimiento personal. Del cariño del amigo se aprende, pero también de sus experiencias, de sus conocimientos y de sus vivencias. «Tener dos amigos nos ayuda a ver puntos de vista diferentes. En temas concretos, uno nos dará un enfoque distinto al que nos puede dar el otro. Es algo que nos hace crecer a la hora de opinar una cosa u otra», señala Manuel. Además de que sirve como consejo a la hora de mantener otras relaciones, insiste en que «es preferible tener una diversidad de opciones para tomar decisiones en la vida». ¿Por qué tener solo un mejor amigo? ¡Cuantos más mejor!