Vuelve el colapso a las oficinas de las tarjetas Millennium

natalia pablo, x. g. LA VOZ / A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Colas y protestas de usuarios en la estación de autobuses

20 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Decenas de personas formaban ayer colas frente a las ventanillas para solicitar la tarjeta Millennium en la estación de autobuses de A Coruña. Tras varios días con el servicio suspendido por un cambio en el sistema informático y pese al refuerzo de personal, el colapso continuó.

Algunos, después de varios intentos, decidieron acercarse a la estación a las ocho de la mañana, pero otros, la mayoría, prefirieron esperar hasta las once para acudir al lugar. Y es que, teniendo en cuenta que el servicio de atención al cliente cierra a las 13.30 horas, los usuarios contaban con terminar sus gestiones a tiempo para esa hora. Sin embargo, a las 11.30 aproximadamente, los responsables de las tarjetas Millennium deshabilitaron el servicio para coger número. Los funcionarios se limitaron a atender a quienes ya habían cogido turno con anterioridad.

Este hecho provocó, junto con la falta de personal y de información, un sinfín de quejas. Usuarios como Beatriz Fernández, que estuvo unas dos horas haciendo cola, creen que «este servicio es vergonzoso, ya que, después de una semana sin funcionar, lo menos que deberían hacer es reforzar el servicio y atendernos lo antes posible», explicaba. Otros como Jacobo González, que esperó por su turno casi tres horas, achacaba el problema, «no solo a la falta de personal, sino también a la ausencia de más dependencias en las que se puedan realizar este tipo de trámites». Algunos iban más allá de este problema y denunciaban otra carencia en el servicio: la falta de información. Este era el caso de Silvia Ruibal, que permaneció en la estación un total de tres horas. «El problema es que, si necesitas que te solucionen alguna duda sobre la documentación, tienes que esperar la cola como todos los demás, no hay ningún puesto de información», puntualizaba esta mujer que, después de media mañana en el recinto, decidió que la mejor opción era volver al día siguiente «a primera hora», dice. Pese a que las ventanillas de las tarjetas Millennium cierran a las 13.30, a las 12.40 de ayer, las personas que esperaban, aún se contaban por decenas.