El carné número 125 de los investigadores privados españoles

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

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Napoleón, que falleció ayer a los 75 años, fue también paracaidista y era miembro activo de una tuna de veteranos, la Cuarentuna

04 jul 2016 . Actualizado a las 23:51 h.

«Para nosotros era simplemente Napo, la persona afable y cariñosa que nos daba la bienvenida a los que nos incorporábamos a la profesión. Fue un padre para todos». José Luis León, presidente del Colegio de Detectives de Galicia, hablaba ayer así de Juan María Santos Gayoso, Napoleón, que fallecía ayer por la mañana en A Coruña a la edad de 75 años, como consecuencia de un cáncer, tal y como confirmaron a La Voz de Galicia fuentes de la familia.

Destaca León que Napoleón, presidente honorario del colegio gallego, fue «un pionero de la profesión a nivel estatal. De hecho tenía el carné número 125 de los investigadores españoles».

Pero la faceta detectivesca no era la única de Juan María Santos, que cultivó también aficiones como el paracaidismo, habiendo sido presidente de la Asociación de Paracaidistas de Galicia, y la música. Era integrante de la Cuarentuna y miembro de honor de la Tuna de Veteranos de La Coruña.

Decano de los investigadores gallegos, dejó de ejercer su profesión en el año 2013, momento en el que lo entrevistó La Voz de Galicia. «Tengo un ejército de ángeles de la guarda», explicaba entonces para enfatizar su buena suerte, mientras recordaba con notable sentido del humor una de sus muchas aventuras, cuando se había quedado colgado de una tubería del patio de luces del hotel Riazor.

«Vivió la vida de una manera intensa -destaca José Luis León- y su despacho era un auténtico museo, con fotos suyas con un sinfín de famosos, como Lola Flores. Cuando empezó a ejercer -agrega- los detectives corrían bastante peligro e investigaban muchas infidelidades, que entonces eran un delito de adulterio».

En su última entrevista en La Voz, Napoleón contaba que decidió hacerse profesional en 1971 por un anuncio que había leído en un periódico de Madrid: «Cuando empecé, éramos 125 en toda España».

Sus restos se velan en el tanatorio Albia, en el polígono de la Grela (A Coruña), donde hoy, a las 19.30, habrá una misa en su honor. Será incinerado media hora más tarde.