Cincuenta peregrinos hacen el Camino de Santiago a bordo del Belem, el último velero transoceánico construido en el siglo XIX que todavía sigue en activo. El barco fue construido en un astillero de Nantes en 1896.
Los navegantes indicaron que iniciaron su peregrinaje y surcaron el Atlántico hasta A Coruña «para abrazar al apóstol Santiago, por espiritualidad», en palabras de Jean Sugier, uno de los miembros de la travesía.
Pero no todos los que quieren llegar a la ciudad compostelana son de Francia. Una de las peregrinas es de Canadá. Se llama Silvia Hanes y asegura que se apuntó a esta singular aventura «porque llevo el Camino y al apóstol Santiago en mi corazón».
Pero también navegaron hasta A Coruña dos alemanes que desean pedir favor al patrón de Galicia «por la paz del mundo y por la unidad de los ciudadanos», subrayaron los dos navegantes.
Nada más atracar el Belem en el puerto le esperaba un autobús: «Viajaremos en él hasta Fisterra, hasta el fin del Camino, hasta el que denominan el fin de la tierra. Una vez visitado este pueblo de la Costa da Morte continuaremos hasta Santiago, donde nos sellarán la compostela, acudiremos a misa y veremos volar el botafumeiro», manifestó Veronique Salas, una de las organizadoras de la travesía.
El coste del viaje
El coste del viaje desde Francia a bordo del velero más antiguo de Europa es de 48.000 euros. El barco, de 51 metros de eslora, sufrió un grave percance en Martinica, en 1902, cuando una erupción volcánica cayó sobre él. Pero continuó sus singladuras y navegando por todo el mundo.