Padre e hijo cuentan el pasado y el presente de un barrio del que nunca podrán dejar de formar parte
04 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Padre e hijo. O, mejor dicho, presidente y expresidente de un colectivo con nombre propio en O Birloque: la Peña da Chave. José Luis Castelo, el progenitor, ostentó el cargo entre el año 1985 y el 2007. Su hijo le tomó el relevo, y hasta hoy. «Esto es como una monarquía», dice el padre entre risas. «El próximo tiene toda la pinta de que va a ser mi nieto», asegura. Y damos fe. Porque el pequeño «con dos o tres años ya estaba tirando, y mi padre recogiendo», señala su hijo David. Al actual presidente se le llena la boca al hablar de una de sus pasiones. «En los últimos cinco años el equipo de San Cristóbal no ha perdido ni un campeonato, está batiendo todos los récords», indica.
No lo dudó ni un momento a la hora de coger la presidencia: «Hubo unas elecciones muy democráticas», asegura el padre de nuevo a carcajadas. Y es que David, su hijo, era el único candidato. Como quien toma la sucesión de un trono. José Luis es de O Birloque hasta la médula. Por algo nació en Lonzas. «Esto antes era un barrio tipo pueblo. Cuando yo nací, pertenecía al extrarradio de la ciudad», recuerda. Sin embargo, tuvo que marcharse. «Tiraron mi casa cuando hicieron la segunda fase. A partir de entonces empezó a venir más gente de fuera al barrio con las viviendas sociales», apunta José Luis, que se fue a vivir a otro histórico: el Barrio de las Flores. Sin embargo, él siguió siendo de O Birloque de corazón. Para prueba, su boda: «Yo me casé en O Birloque», sentencia. Algo parecido le pasa a su hijo, que también eligió el barrio para bautizar a su pequeño. Ambos lo ven de forma diferente, quizás debido a que representan el salto generacional. «Al no haber crecimiento, hoy veo que sigue la misma gente de hace treinta años. Lo que está más paralizado es la zona de San Cristóbal, que está condicionada por los tubos de la Refinería y no se puede construir», indica José Luis, que explica así el marcado acento rural de un área donde el viandante todavía puede pasear entre leiras y gallinas. A sus 61 años, este veterano también recuerda la peor cara del barrio. «Ahora parece que hay un cierto repunte de la droga, pero afortunadamente hay bastante menos de la que había antes», apostilla.
Su hijo reconoce que O Birloque se ha renovado. Lo que no tiene tan claro es que haya sido para mejor: «Anchearon demasiado las aceras», señala. «Eso es porque nadie usa el aparcamiento, para obligar a los coches a meterse en él», se apresura a replicar su padre, que también apunta hacia los piques entre las dos asociaciones vecinales. «Por eso organizamos todo por nuestros propios medios, sin pedirles nada», afirman. Y no les va tan mal.
Una zona en la que los residentes mayores de 65 años casi igualan a los veinteañeros
Los vecinos de O Birloque se enmarcan en pensiones más bien bajas, una tendencia acorde con una de sus áreas más cercanas: la de Novo Mesoiro. Igual que allí, en el barrio vive poca población extranjera y, aunque cada vez hay más pensionistas, no es de los que presentan un mayor envejecimiento en la ciudad.
Población
En la frontera de los 5.000. O Birloque cuenta con un total de 5.087 residentes en sus 1,95 kilómetros cuadrados, lo que supone que contiene el 2,08 % de la población de A Coruña. Su superficie representa el 5,15 % de la de la ciudad, que tiene un total de 37,83 kilómetros cuadrados.
Edad Media
Entre los 38 y los 49 años. El segmento más joven cuenta con una edad media de 38,5 años, mientras que el tramo con más años del barrio presenta un promedio de 49,2. Por otro lado, casi un 17 % de los vecinos de O Birloque tienen más de 64 años, mientras que el 16 % tienen menos de 20, estando prácticamente igualados. Tan solo un 2 % de la población del barrio es extranjera.
Afiliación a Seguridad Social
La mitad del barrio. Más de la mitad de los residentes están afiliados a la Seguridad Social. Concretamente, el 52 %.
Pensiones
Más de 800 beneficiarios. El área registró un total de 803 pensionistas en el 2015, una cifra que va ascendiendo ligeramente si se toman como referencia los últimos años (había 731 en el 2012 y 797 en el 2014). El importe medio de su prestación es de 864, 78 euros, una cifra que oscila entre los 751,47 euros que cobra el segmento con un importe más bajo y los 992,2 euros del más alto.
Un área con mejores infraestructuras pero con zonas sin accesibilidad
Este barrio contiene entornos que hoy están muy urbanizados. En concreto, ocupa la parte baja del valle de Mesoiro, Martinete, A Cabana, O Birloque, Someso, Sardiñeira y Vioño. De su antiguo entramado rural actualmente solo conserva ciertas áreas en torno a la iglesia de San Cristóbal, especialmente en la zona de As Rañas. Además, contiene la gran superficie comercial gallega, Marineda City, y en el sector de Someso se emplazan tanto Espacio Coruña como Carrefour. Precisamente este segmento del barrio es el que suscita más protestas por parte de los vecinos debido a la ausencia de aceras.
Un hecho que dificulta, por no decir que prácticamente imposibilita, la accesibilidad para las personas con minusvalía a las superficies comerciales, motivo por el cual protestaron en múltiples ocasiones.