Tras pasar por el curso de la Cámara de Comercio, Paula Núñez, Teresa Lorenzo y Beatriz Pousa montaron cada una su comercio, Anahí Álvarez apostó por poner en marcha una academia de idiomas y creatividad, Lorena Bello inauguró una editorial, y Noemí Bellas (A Coruña, 1989) pudo dar forma a Líbolis, una «escuela para valientes que desarrolla y entrena habilidades emprendedoras en los más jóvenes para conseguir que cada niño se sienta capaz, importante, y que descubra y valore sus cualidades y fortalezas».
-¿Cuál era su situación antes de hacer el curso?
-Yo estudié Económicas y luego hice un MBA, y justo el proyecto fin de máster fue hacer esta empresa. Lo tenía claro desde el principio, pero necesitaba ayuda.
-¿Sabía ya lo difícil que era crear una empresa?
-Tenía una ligera idea, pero el curso me ayudó. Ya no es solo tu opinión, sino los puntos de vista que te dan otras personas que no están tan metidas como tú en el proyecto y siempre hacen aportaciones mucho más valiosas. Todas las colaboraciones que puedas encontrar son un valor añadido muy grande que tú en tu oficina nunca tienes.
-Entonces, fue una experiencia muy recomendable
-Sí. Una vez que vas conociendo gente que le va aportando valor a tu proyecto, sí que le das más consistencia. No es que digas solo yo pienso esto, sino que otras personas que tienen más experiencia también lo piensan.
-¿Y qué es Líbolis?
-En el fondo es una escuela de emprendimiento para niños, para desarrollar sus habilidades. Tuvo un proceso muy largo para probar la metodología que se había desarrollado, y por eso tardé algo más de un año en ponerla en marcha. No puedes abrir la puerta y decir que ya está montado. Nos tuvimos que poner en contacto con los coles y ver si estaban desarrollando estas habilidades principales.
-¿Y qué habilidades hay que desarrollar?
-Nosotros entendemos que emprender no es solo montar empresas, sino que es una actitud, un modelo de vida. Hoy en día, tienes que saber comunicar, trabajar en equipo, ser creativa, ser líder... todas actitudes vinculadas al espíritu emprendedor. Emprender significa desarrollar habilidades y queremos darle esas herramientas a los niños para que las desarrollen y se puedan adaptar con éxito al momento en el que van a vivir. Tenemos que prepararlos más competencialmente que por contenidos académicos.