El Ayuntamiento pide apoyo a los Juzgados por los desahucios

M. Rodríguez, X. Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Benestar Social ofrece al juez decano repartir unos folletos para informar de las ayudas municipales a los desalojados

02 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La concejala de Xustiza Social, Silvia Cameán, se reunió ayer con el juez decano, Carlos Villarino «coa fin de atallar o antes posible os procesos de desafiuzamento dentro do municipio e dar continuidade ao compromiso adquirido coas persoas en situación de vulnerabilidade». El encuentro se produce después de que se hiciese público que los desahucios en la ciudad entre enero y marzo aumentaron un 20 % con respecto al mismo período del 2015.

Caméan planteó al juez decano que los Juzgados den a los afectados por desahucios «un folleto, elaborado polo Concello, con información sobre todos os recursos municipais aos que poden optar, así como ás dependencias ás que poden dirixirse».

Cameán también reprochó parte de los problemas de los desalojados a que «o convenio actual para detectar situacións de especial vulnerabilidade en persoas inmersas en lanzamentos xudiciais está desfasado», y añadió que su revisión depende de la Xunta y de la Fegamp, lo que «dificulta o traballo do Concello».

El aumento de los desahucios también se ha sentido en las entidades sociales de la ciudad, que ofrecen diversos tipos de ayuda.

Cáritas

Asistencia social. Esta entidad cuenta con un servicio de asistencia social al que llegan las personas que tienen problemas de vivienda y donde se valoran las posibilidades que tiene la institución de poder prestarles algún tipo de ayuda. En ocasiones Cáritas colabora, puntualmente, en el pago del alquiler de la vivienda a familias que están en riesgo de exclusión con el fin de evitar que sean desahuciados.

Cocina Económica

Recogida de comida. Además de las personas que van a comer a la Cocina Económica hay otras que acuden a estas instalaciones solo a buscar comida para consumir en sus casas. Una de las personas que utiliza esta servicio explicaba ayer que es su hijo el que pasa a recogerla y reconocía: «Nos dan de comer los de la Cocina Económica». Y es que tanto esta persona, el cabeza de familia, como su hijo mayor están en paro y en el piso en el que viven (del que ya han intentado desalojarlos en dos ocasiones) está también otra hija menor de edad. De todos modos, desde la entidad apuntan que estos casos no son los más habituales, pero se han agravado con la crisis.

Padre Rubinos

Casos puntuales. Desde el Refugio de Padre Rubinos explican que en alguna ocasión les ha llegado una persona, «o incluso una pareja», que han sido desahuciada y ante la falta de recursos acuden a estas dependencias. De todos modos, al no acoger a niños en dicho Refugio tampoco es posible que una familia acabe en el mismo.

Sor Eusebia

Sin casos concretos. Las personas que van a esta institución lo hacen a través de los Servicios Sociales que han estudiado la situación de cada una de ellas; por ello, según indicaba ayer el director de la entidad, Diego Utrera, no tienen casos concretos de personas desahuciadas que fueran acogidas en Sor Eusebia.

«A partir del día 15 vienen personas a ducharse aquí porque se les ha acabado el butano en casa»

El Comité Anti Sida de A Coruña (Casco) es otro de los puntos donde la exclusión encuentra refugio. Desde hace 25 años. «El perfil de usuario ha cambiado mucho, no atendemos solo a afectados VIH, aquí a partir del día 15 vienen personas a ducharse porque se les ha acabado el butano en casa», explicaba ayer Iván Casanova, coincidiendo con la visita del conselleiro de Política Social, José Manuel Rey Varela.

Además de dos pisos de diez plazas, uno de ellos casi único en la red gallega para enfermos VIH y otro especialmente dirigido a jóvenes en situación precaria por el que han pasado en un año 33 personas y del un 80 % han salido con trabajo, Casco atiende también en Padre Sarmiento, el que han bautizado como punto de calor, un servicio al que acuden sesenta personas cada día buscando cubrir necesidades básicas: un café, un plato de comida, una ducha, algo de ropa... «Ha habido un repunte en los últimos años y no solo llega gente de la calle, vienen inmigrantes, familias desestructuras y también familias estructuradas con hijos afectadas por la crisis», recalcó Casanova.

El conselleiro, que recorrió las instalaciones, no pudo más que agradecer la labor que desarrollan entidades como Casco, dedicadas a dar una segunda oportunidad, y anunció que la Xunta duplicará este año las ayudas a la inclusión, al pasar de 3,9 millones de euros a 7,3.