Usuarios de sillas con motor exigen más accesibilidad en los autobuses

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Reclaman «valentía a las administraciones» para regular la eliminación de barreras

28 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando todo el mundo pensaba que el transporte público en España estaba perfectamente adaptado para personas con movilidad reducida, un famoso rapero y actor ha logrado, poniéndose delante de los autobuses de la comunidad de Madrid, advertir de que eso no es cierto. Después de que un conductor lo dejase en tierra, alegando que su silla motorizada no podía subir al vehículo, Juan Manuel Montilla, El Langui, no ha parado hasta llamar la atención del país entero sobre las graves deficiencias en la accesibilidad del transporte público. ¿Tienen el mismo problema los coruñeses con movilidad reducida? La respuesta es sí.

La totalidad de los buses públicos en la ciudad están adaptados para el transporte de sillas de ruedas tradicionales, pero el problema lo tienen los usuarios de sillas eléctricas, cada vez más usuales. Su peso supera los cien kilos, a los que hay que sumar los de la persona, de ahí que haya rampas de algunos autobuses que no lo soportan, sobre todo los comarcales. «Lo saben en la Compañía de Tranvías y están poniendo todo de su parte para solventarlo. La solución -dice Mónica Forteza, una de las afectadas- sería que estuviesen reguladas las ayudas técnicas que posibilitan el acceso al transporte público de sillas motorizadas o miniescúteres, y así, obligar a los fabricantes a introducir esas mejoras en buses y trenes». Esta artista, muy conocida por sus intervenciones semanales sobre accesibilidad en el programa Voces de A Coruña que dirige Pablo Portabales en Radio Voz, sostiene que «el verdadero problema es la falta de valentía por parte de las administraciones para regular esas ayudas técnicas».

Cree que no solo hay que solucionar esos fallos en los sistemas de acceso al transporte, sino también establecer un reglamento para el uso de esas sillas motorizadas. No todo el mundo puede tenerlas. Y, sin embargo, se dan casos en que el usuario sufre accidentes por no estar capacitado. Hay que tener en cuenta que estos miniescúteres puede alcanzar los 16 kilómetros por hora y pesar 120 kilos.

Se pregunta también cuándo estará perfectamente adaptado el transporte público que circula por la comarca coruñesa para el traslado de personas con movilidad reducida, vayan sobre lo que vayan; sobre una silla de ruedas o una motorizada. El real decreto 1544/2007 estableció una fecha límite para ello. El 4 de diciembre del 2017, en A Coruña deberá haber 25 eurotaxis adaptados. A día de hoy hay seis. ¿Se avanzó algo? Desde Grumico (Grupo de Personas con Discapacidade da Coruña) reconocen que sí. Pero este colectivo, pese a agradecer las mejoras, exige que lo mucho que queda por hacer se haga lo antes posible. Y por ahora no se hace «todo lo bien que se debería», y ni siquiera hay un reglamento que regule las sillas motorizadas.

Como dice Mónica Forteza, «tenemos derecho a utilizar el transporte público; el tren, el bus, el avión o el taxi en cualquier tipo de silla, tanto tradicional como con motor».

El transporte adaptado de la comarca hay que pedirlo con dos días de antelación

Si el problema solo fuera que las rampas de acceso a los buses no soportan el peso de una silla motorizada... Las personas con movilidad reducida tienen muchos más y «muy gordos», dice Forteza. Imagínese que usted no tiene coche, se desplaza en silla de ruedas y de pronto le surge una reunión urgente, por ejemplo en Sada. Pues sepa que no podrá ir más que en taxi, porque los buses adaptados, en la mayoría de rutas de la comarca, hay que pedirlos con un día o dos de antelación porque no hay flota suficiente. Imagínese que necesita viajar en tren a Lugo. Ha de saber que tendría que estar en la estación a las seis y media de la madrugada para solicitar un espacio en el convoy, pues es el único en toda la jornada que está acondicionado. Imagínese que necesita ir en tren acompañada y asistida por su madre. A ella la obligarán a comprar un billete de primera porque es en ese vagón donde se encuentra el espacio adaptado. «Son muchos problemas los que tenemos y no hay voluntad ni valentía política para solucionarlos», agrega.

Todas esas situaciones no se las tiene que imaginar esta activista de la movilidad porque le pasan con frecuencia. Ya ha librado y ganado muchas batallas por la accesibilidad en la ciudad. No se ha puesto delante de los buses como El Langui, pero poco le ha faltado. Pide al mundo que se sitúe en la piel de las personas con alguna minusvalía. Y que no crean a las autoridades cuando dicen que hoy en día todo el transporte público está adaptado, «porque no es cierto». El 4 de diciembre del 2017 estará todo arreglado, «sí o sí».