El faro que guía al Básquet Coruña

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Solo siete meses en A Coruña impulsan la carrera del americano y graban en su bíceps la torre de Hércules

02 nov 2017 . Actualizado a las 12:04 h.

Tres años en el equipo universitario de Minnesota State University y siete meses como profesional en el Básquet Coruña. Y Zach Monaghan (Hoffman, Estados Unidos, 1992) ya grita «¡Vamos Naranjas!» de vez en cuando y lleva tatuada la torre de Hércules en el bíceps de su brazo derecho. A Coruña le cautivó, pero el faro romano irá para siempre con él a todas partes reforzando su creencia religiosa. El trazo de la tumba de Gerión va acompañado en por el versículo bíblico de Juan 8:12: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».

«Cuando me explicaron la importancia que tiene la Torre para A Coruña, no me lo pensé. Dice la Biblia en ese versículo que si caes nunca estarás solo, y para mí es importante sobre todo viniendo sin acompañamiento a A Coruña, tener una mano amiga. Realmente significa mucho para mí esta ciudad y la oportunidad que me ha ofrecido y trabajaré duro para recompensarla. Es una cuestión de los valores que representa ese faro», explica el base.

Monaghan, uno de los destacados en la consolidación del Básquet Coruña, tanto en presencia cuantitativa como en aportación cualitativa, reconoce que no conocía nada de la ciudad antes de tener la posibilidad de fichar por el conjunto naranja, algo habitual en los jugadores universitarios norteamericanos con opciones de debutar como profesionales en Europa. «Fue cosa del representante, que tenía contactos en A Coruña y yo quería empezar mi carrera», admite. ¿Pero entonces cómo decide uno su futuro a ciegas? «La decisión se basó en la confianza que tengo en mi agente. Pero sabía también que la Liga LEB Oro es muy fuerte, y una vez que tengo oportunidad de jugar en ella, pues jugar en España es uno de los mejores planes porque además la categoría superior es la ACB, de gran prestigio», argumenta.

No parece demasiado apurado el de Illinois por estar alejado de sus seres queridos. No se siente forastero en la ciudad donde nadie lo es. «Aquí esto solo. Mi decisión fue dejar familia y amigos atrás para centrarme en el baloncesto. Es lo que quiero hacer. Ya iré a casa en verano. Aquí estoy muy centrado, porque me levanto cada día y lo primero que hago es jugar al baloncesto», espeta. Al mismo tiempo, recalca: «Al principio me costó un poco adaptarme, pero la gente es muy amigable y me trata muy bien. Trabajo en mi español, trato de aprenderlo. Me ayudan los compañeros traduciendo lo que no entiendo si me acompañan en momentos de la vida cotidiana». «En Chicago el invierno es muy duro, de manera que el tiempo no me preocupa. El equipo y los entrenadores son muy buenos y me siento a gusto», concluye.

El básquet europeo

Deportivamente, los números de Monaghan certifican que también ha sabido adaptarse al baloncesto del viejo continente. «Lo más complicado fue no cometer pasos al arrancar la jugada. La diferencia de velocidad en el juego también me llamó la atención. Aquí los jugadores son muy físicos y rápidos. Así que tengo que aprender y mejorar cada día para intentar destacar», explica.

Inicia su carrera profesional con ambiciones ilimitadas, pero con los pies en el suelo. «El sueño de cualquier niño es jugar en la NBA y nunca un sueño es demasiado grande, de modo que lo que me queda es trabajar duro cada día y ver dónde me lleva el baloncesto. Mi objetivo es mejorar cada día y jugar al baloncesto el mayor tiempo posible. No me fijo de dónde vengo sino que espero ansioso a continuar mi carrera allá donde el baloncesto me lleve», explica al tiempo que se contextualiza en el grupo: «Todos tenemos el mismo objetivo en el Básquet Coruña y las ambiciones individuales confluyen en el interés del equipo».

Finaliza comparando la afición al básquet en su ciudad natal y en A Coruña: «Chicago es el lugar de Estados Unidos donde más se vive el baloncesto y es una ciudad mucho más grande que A Coruña, que además tiene al equipo de fútbol dominando las preferencias de los aficionados. Pero me parece que el Básquet Coruña tiene una gran afición».