José Luis Sánchez: «La verdad es que le debo muchísimo al Golf y al Ibiza»

A CORUÑA CIUDAD

El presidente del grupo Automóviles Sánchez se confiesa un hombre paciente

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Se le ve un hombre tranquilo. «Solo he perdido los nervios tres o cuatro veces en mi vida. Y me dura cinco minutos. Tengo mucha paciencia, el Santo Job a mi lado era nervioso», comenta mientras compartimos café en el Siboney de la calle Ferrol. Habla con tono alegre excepto cuando recuerda las malas experiencias de la muerte de sus padres y de su hermana en un espacio de tiempo demasiado corto. «Si no llego a ser tranquilo me hubiera muerto», apunta José Luis Sánchez López, presidente del grupo Automóviles Sánchez que da empleo a 160 personas en A Coruña, Lugo, Burela y Carballo. Los datos de ventas de coches vuelven a ser positivos. «El mercado está creciendo, pero en Galicia no tanto como a nivel nacional. Enero es un mes mentiroso porque en realidad se computan ventas del año anterior. Febrero va a medir el pulso del mercado, aunque la situación política no ayuda. Que los políticos se pusiesen de acuerdo daría sensación de madurez a nuestra democracia», analiza José Luis, que reconoce que su sector lo pasó mal. El año pasado su empresa vendió 1.700 coches y en el 2016 espera pasar de la barrera de los dos mil. «Si me preguntas, yo me compraría un Skoda Superb. Es una marca que se elige con la razón, no con el corazón», sentencia.

Su televisiva mujer

Tiene 52 años. «La edad no me pesa», asegura. Está casado y tiene dos hijos «que ya volaron», uno por su parte y otro por el de su mujer, María José Fernández, que ganó el programa concurso Supervivientes, que en aquella edición había dado la posibilidad de participar a personas anónimas. «Fue en el 2010. El tiempo pasa», comenta este coruñés de la calle del Orzán. «De cuando había los bares alterne», rememora. Estudió en los Dominicos, a los 18 años sacó el carné de conducir y su primer coche fue un Panda 45. Lleva las riendas de la empresa que fundó su padre en 1967 dedicada a la compra venta de coches y que ahora es concesionario Seat, Volkswagen, Skoda y tiene una parte dedicada a vehículos industriales y al servicio oficial Peugeot. «La verdad es que le debo muchísimo tanto al Golf como la Ibiza», comenta sonriente. Su coche actual es un Passat familiar y ya tiene echado el ojo a una pick-up Amarok. «Me sigue haciendo ilusión estrenar coche», confiesa.

La brisa de verano

En los últimos meses también le afectó la crisis de los software. «Ningún coche que se comercializa ahora lo tiene. Tuvo su repercusión, pero la marca lo gestionó bien. La gente ya no se acuerda», analiza. Durante años practicó yudo a las órdenes de Bernardo Romay y ahora va tres veces por semana a la Casa del Agua para mantenerse en forma. Dice que no tiene vicios, que no es fan de nada, que no es mitómano y que su pasión es viajar. «Y cuanto más lejos mejor. Cuando sea mayor ya tendré que quedarme cerca porque no soportaré tantas horas de avión. Me atraen los lugares donde se aprecian choques de culturas como Birmania o Camboya». Para comer se queda con el caldo gallego, los huevos fritos con patatas y el marisco. Se declara enamorado de A Coruña y en especial de la plaza de María Pita, el paseo marítimo y el castillo de San Antón. «Por ponerle un defecto, esa brisa del verano que te obliga a ponerte la rebequita», comenta José Luis, al que también le encanta conducir. «Creo que en autopistas y autovías deberían permitir ir a más de 120. De cada tres veces que voy a Madrid vengo con una multa de 50 euros (con el descuento) por ir a poco más de 130», reflexiona José Luis, que se considera un hombre positivo. «De los que siempre ve el vaso medio lleno. O lleno».