Una tienda de ropa para necesitados

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CéSAR QUIAN

Cáritas abrirá el primer comercio de este tipo con el fin de dignificar a sus usuarios

30 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Juliana seguía con su mandilón azul colocando juguetes. Lleva 19 años acudiendo casi a diario al local que Cáritas tiene en la calle Reyes Magos, en el barrio de la Sagrada Familia. En la mañana de ayer estrenaban la reforma de este bajo de más de 250 metros cuadrados. «Llevo más tiempo, pero ella vive más cerca y viene casi todos los días; yo vivo en Monte Alto y me queda más lejos», decía a su lado María García Gómez, otra de las voluntarias que desde hace 20 años acude «como mínimo dos días por semana, martes y jueves».

Juliana López es una de las 20 personas que trabajan como voluntarias en el local que ha sido reformado con la ayuda de la empresa Ferrovial. Ella se resiste al protagonismo: «Me van a vacilar mis hijos», argumenta mientras se despoja de su mandilón azul. Luego detalla su cometido: «Ahora estamos recogiendo juguetes, los seleccionamos y luego los repartimos. Con la ropa hacemos lo mismo: Se selecciona, se coloca y luego se reparte». En cuanto a lo que va a pasar con la tienda de ropa de segunda mano que abrirá Cáritas contestan casi a la vez: «Diso que falen os jefes».

Y hablaron. «A partir de ahora será la asistenta social la que diga que a esta persona hay que darle un abrigo, o la ropa que sea. Con ello se les facilita un vale y van a recogerla a la tienda», explicaba Vicente Iglesias Martelo, responsable de Cáritas en A Coruña. Apuntaba asimismo que con ello evitarán hechos como que una persona o una familia llegara a este ropero «empezara a coger ropa y luego parte de ella la tirara ahí delante en un contenedor». De todos modos, estos eran hechos puntuales. Durante este año han sido atendidas desde este ropero las necesidades de más de mil familias de A Coruña y su entorno.

Iglesias Martelo explicó que la primera tienda de ropa de segunda mano que abrirá Cáritas en A Coruña permitirá dignificar a las personas que acudan a la misma por necesidad y facilitará que cualquier otra persona, «como yo, puedan ir a comprar ropa allí y de esta manera también ayuda a sacar adelante la tienda». Y es que se tratará de un comercio abierto a todo el público que además evitará las aglomeraciones.

Pendiente de elegir el local

De todos modos, por el momento la nueva tienda no tiene una sede: «Estamos viendo locales, pero algunos son prohibitivos, por el precio del alquiler, para nuestras posibilidades y otros no nos parecen adecuados», explicó Martelo. Apuntó que en el plazo de dos o tres meses la nueva tienda ya estará abierta.

«Esta es la Cáritas del siglo XXI, donde queremos promocionar a la persona, que sea una persona libre, que no tenga que venir a pedir nada». Era lo que decía Anuncio Mouriño, director de Cáritas diocesana de Santiago. También tuvo palabras de agradecimiento para los voluntarios, «sois imprescindibles», y para la constructora benéfica Sagrada Familia, «ocupamos muchos locales que son de ellos y siempre nos ayudan».

«Esto no se parece en nada a cómo estaba hasta ahora», apuntaba Martelo a los responsables de Ferrovial que asistieron al estreno de la reforma del local, que fue bendecido por Jesús García, delegado episcopal.

«El objetivo es insertar a la gente de exclusión social que se contratará»

El local de Cáritas en la calle Reyes Magos seguirá recibiendo las donaciones de ropa. Allí, según explica su responsable, Paula Lobagueira, la que esté en buen estado irá para la tienda «y la que no sea reutilizable se va a mandar a Santiago, a la planta de reciclaje para darle otro tipo de uso». Esto comenzará una vez finalizada la campaña de Navidad, con el reparto de juguetes, el 5 de enero. «El objetivo es también insertar a la gente de exclusión social porque se van a contratar a varias personas; ya hay gente contratada en la planta de reciclaje de Santiago y luego habrá tienda de A Coruña que tendrá también su pequeña planta de reciclaje en esta sede», explicaba Paula Lobagueira.