Sesenta kilómetros para correr a la carta en A Coruña y su área

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El paseo marítimo es el rey para los aficionados, aunque el entorno de San Diego, Oza y la costa de Oleiros y Culleredo ganan adeptos

08 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Poner una cifra resulta imposible, aunque algunas sí permiten hacerse una idea de lo que está pasando en la ciudad. El año pasado 7.000 personas se apuntaron para correr la carrera municipal de los 10 kilómetros y fueron unos 17.000 los que tomaron parte en la decena de pruebas organizadas por el Ayuntamiento. Hay muchos más que corren sin ánimo de competir. Medirlos es imposible, pero a estas alturas ya son ejércitos.

Los que tiene cierta edad recuerdan la época en la que, una tras otras, fueron cerrando prácticamente todas las tiendas de deportes, eclipsadas por los centros comerciales. En los dos últimos años abrieron al menos cuatro tiendas, dedicadas específicamente a las equipaciones de quienes se dedican a correr, y no otras modalidades deportivas. Y al algunas les va bien, lo que ya es decir.

Tampoco les va mal a los fisioterapeutas, que se cuentan por docenas en una ciudad en la que también proliferan las clínicas de medicina deportiva. Basta darse un paseo por cualquier sitio para notar que la fiebre del running es una realidad.

Deportistas con carné

Aunque el número de federados no refleja la realidad de la calle, sí sirve para darse cuenta de la explosión del deporte más viejo del mundo. Entre los clubes de A Coruña y Sada suman 794 federados en todas las categorías. En la ciudad hay tres entidades -Marineda Atlético, Coruña Comarca y Riazor Coruña- y en Sada se ubica también otra entidad muy potente, el Club de Atletismo Sada. Fuera de los clubes, apenas hay socios de la Federación Gallega de Atletismo. En total, cuentan desde la federación, habrá un 20 % más de atletas que el año pasado. Y subiendo. De todas las categorías, la mejor surtida es la de veteranos -más de 35 años-, con muchos provenientes de las carreras populares.

Toda esa gente son solo una parte de la gran comunidad que a diario sale a tomar las calles en una ciudad y una comarca en la que, además, tienen donde hacerlo sin arriesgar sus vidas y sin molestar a nadie. Solo en la ciudad los corredores disponen de 34,9 kilómetros para desfogar a gusto. El paseo marítimo, con 17,5 kilómetros, es el rey y a todas horas es posible encontrar a alguien recorriendo el asfalto. Quien necesite evitar el suelo duro para cuidar sus articulaciones también tiene alternativas. El parque de Vioño es una opción, y los del monte de San Pedro y Bens, además de pistas asfaltadas, ofrecen hierba y cuestas, ideales para los atletas. Se puede ver a muchos, por ejemplo, entrenando en el parque de Oza y también en la playa del mismo nombre, aprovechando de paso la carretera del puerto y el paseo de San Diego.

También es un clásico encontrarse a corredores recorriendo los casi tres kilómetros -ida y vuelta- del dique. Los amantes de las grandes distancias también aprovechan las conexiones con la comarca, porque saliendo por la avenida del Pasaxe se puede enlazar con los más de cuatro kilómetros que hay por el paseo, en Culleredo, hasta O Burgo, o cruzar A Pasaxe y disfrutar de los 4,3 que hay en Oleiros entre O Graxal y Santa Cristina.

Pistas de tierra

En Oleiros, además, a quien le guste el trail -correr por el monte, en esencia- puede practicarlo por la costa de Dexo. Pero la reina de las pistas de tierra es la que va de O Burgo al embalse de Cecebre, paraíso también para muchos ciclistas.

Es difícil no encontrarse con corredores en alguno de esos lugares, un reguero de miles de personas que además de generar un creciente movimiento económico -carreras, viajes a pruebas deportivas, masajistas y fisioterapeutas, equipaciones...- también ganan en salud. Por lo menos mientras no caen en excesos, porque ese es otro asunto muy ligado al bum de una práctica para la que muchos creen que basta con calzarse unas zapatillas y echarse a devorar kilómetros sin más prevención. Y luego pasa lo que pasa. «La gente viene muy mal asesorada por ejemplo con las zapatillas, se hacen análisis de pisada en tiendas o deciden que son pronadores o supinadores siguiendo unas recomendaciones que vieron en Internet, y eso no sirve. A nadie se le ocurre ir a una óptica y pedir unas gafas para miopes, sin más detalle, pues en esto pasa lo mismo», cuenta Jacobo Fouz, especialista en podología deportiva desde hace 15 años, que atiende en el Centro Arriaza dedicado a ese campo. Alerta de que antes de lanzarse a correr, lo mismo que es recomendable una prueba de esfuerzo, lo es mirarse la pisada y elegir el calzado adecuado, que además no tiene por qué ser el más caro del mercado.

Desde el Colexio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia perciben un aumento de la demanda de los servicios de sus profesionales, indica Manuel Carreira, tesorero de la entidad. «Toda actividad física es buena siempre y cuando se realice desde un inicio moderado y en la medida en que las capacidades físicas del corredor lo permitan», advierte, y llama a ponerse en manos de especialistas que guíen a quien se quiera adentrar en la práctica del deporte. El calentamiento es básico, indica, como también los estiramientos después de la actividad y respetar los plazos de reposo. «Correr está de moda y engancha, y sus beneficios son muchos, pero también es necesario saber que puede provocar molestias», dice.

A Coruña y su área suman 61,4 kilómetros para correr a la carta y al gusto de cada cual. Eso sí, tampoco hace falta hacerlos todos juntos. A la oferta de espacios para entrenamiento se le suma también el programa de carreras municipales -diez- y las que se ofrecen en el entorno. Más de una al mes en total. Quien no corre es porque no quiere.