Condenado por huir de la policía a 130 kilómetros por toda la ciudad

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El joven fue perseguido por todas las patrullas que había aquella noche

30 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El conductor del coche, que no era suyo, sino que se lo habían prestado, hizo una pifia cuando circulaba por la plaza de Lugo ante los sorprendidos ojos de dos agentes municipales que pasaban por allí. Le hicieron luces, le enseñaron las placas, le exigieron que se echara a un lado y estacionara el vehículo. Pero al joven que iba al volante le entró por un oído y le salió por el otro. Aceleró y escapó, siendo perseguido por casi todas las unidades policiales que patrullaban aquella noche del 29 de junio del 2012. Sin cortarse, pues hubo momentos, como por Alfonso Molina, que puso el coche a 130 kilómetros por hora. Después de recorrer casi toda la ciudad esquivando policías, saltándose semáforos y circulando por dirección prohibida, fue presa de un vehículo patrulla que se cruzó en su camino. ¿De qué huía? Del alcoholímetro, pues en cuanto se lo pusieron en la boca arrojó un resultado de 0,3 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. No alcanzó el límite penal, que está en 0,6, pero puso en riesgo la vida de conductores, agentes y peatones, por lo que fue condenado por un delito de conducción temeraria y otro de resistencia a la autoridad a una pena de un año de prisión y a dos años sin carné.

Todo eso lo hizo el ahora condenado acompañado en el vehículo por dos amigos. La persecución se prolongó durante más de media hora, en la que participaron todas las patrullas municipales disponibles aquella madrugada y que concluyó frente a Marineda City porque un vehículo policial se puso en medio. El conductor se opuso a su detención.