La Fiscalía atribuye 115 robos a la banda georgiana que asoló la ciudad
A CORUÑA CIUDAD
Los seis detenidos que protagonizaron la oleada de asaltos a pisos el verano pasado podrían ser condenados a más de medio siglo de prisión
17 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Lo más probable es que se hagan viejos en prisión. Serán los abuelos del centro penitenciario de Teixeiro o del que ellos elijan porque les achacan nada menos que 115 robos en pisos entre los meses de julio y agosto del año pasado y porque la unidad de Delincuencia Organizada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional lo dejó todo muy bien atado para que así sea. Cercados por las pruebas en su contra, los seis detenidos en un espectacular operativo realizado en octubre del año pasado en A Coruña y Barcelona ocuparán después del verano el banquillo de los acusados. Enfrente tendrán a la Fiscalía, que solicitará penas que podrían superar el medio siglo de prisión.
No fue nada fácil su detención. La policía se enfrentó a gente que sabía lo que hacía y lo hacía muy bien. Su residencia la tenían fijada en Barcelona y viajaban a A Coruña para cometer los asaltos, permaneciendo en la ciudad solo unos días.
Fueron dos bandas, principalmente, las que tuvieron a los coruñeses durmiendo con un ojo abierto el verano pasado. Una estaba formada por mujeres de nacionalidad croata. La otra la integraban hombres georgianos. El resto eran autóctonos, delincuentes habituales de la ciudad que aprovecharon el río revuelto para coger algo del pastel. Las croatas y los georgianos actuaban parecido, pero no igual. Las primeras no contaban con ayuda exterior, en la calle, mientras que los segundos, más organizados, sí tenían a un compinche en la calle que les avisaba de cualquier contratiempo. Entre unas y otros vaciaron 50 viviendas en julio y 104 en agosto.
Fuentes policiales, tras analizar los asaltos e incluso tener una grabación de uno de sus golpes, afirman que acudían a cualquier barrio y buscaban un edificio en el que hubiese un negocio en alguno de los pisos, como peluquerías, dentistas... Lo que querían eran inmuebles con mucho trasiego de gente. ¿Por qué? Para pasar inadvertidos si eran vistos en las escaleras por algún vecino. O cuando llamaban a un timbre para asegurarse de que no había nadie en la vivienda, si les abrían, poder decir que estaban buscando tal negocio o tal consulta. Mientras que las croatas no tenían apoyo en el exterior, el resto de ladrones sí contaban con alguien que desde la calle les avisaba si aparecía la policía o si la vecina en cuestión a la que iban a robar regresaba a la casa. Las primeras se bastaban solas en el interior. Pululaban por las escaleras -buscaban edificios con ascensor para evitar cruzarse con nadie- y en cuanto escuchaban cerrarse una puerta en cualquier piso, allá iban. Con el sonido, ya sabían si habían pasado la llave o no. Luego llamaban para comprobar que nadie quedaba dentro y en cuestión de medio minuto, a través del método del resbalón, entraban en la vivienda en busca de oro y dinero. Nada más. Y si no encontraban nada, se iban. De hecho, se cree que entraron en muchas viviendas y se fueron con las manos vacías sin que los dueños se enterasen.
Fue un verano atroz, que batió todos los récords históricos en la ciudad. Mientras que en los seis primeros meses de año se registraron 163 robos, entre julio y agosto fueron 154. El peor fin de semana fue el puente de mediados de agosto, en el que hubo 29 asaltos a viviendas, el doble que en el puente festivo de julio, que habían sido 14. Pero ningún malandro salió airoso. La Policía los detuvo a todos y llevó ante el juez a nada menos que 22 delincuentes, entre ellos, los seis georgianos. Parte del botín de los robos se localizó en cuatro pisos, tres en Barcelona y uno en A Coruña, en cuyo interior se encontraron dinero en metálico y numerosos objetos sustraídos, como ropa, relojes, joyas, teléfonos móviles y aparatos electrónicos.
No abrir el portal, pasar la llave y poner buena cerradura
La Policía no se cansa de repetir siempre lo mismo para evitar, en la medida de lo posible, que los ladrones entren en el piso. No abrir el portal a un desconocido, tener una buena cerradura, dejar la puerta bien cerrada...
el telefonillo
No abrir el portal a desconocidos. En ninguno de los robos a pisos cometidos en la ciudad el año pasado el delincuente forzó el portal para acceder al edificio. Siempre entraron porque un vecino les abrió la puerta; bien a través del telefonillo o directamente en el portal. Por tanto, la Policía recomienda que no se dé acceso a los desconocidos.
la cerradura
Hay que renovarlas. La Federación Española de Cerrajeros (UCES) calcula que en torno al 80 % de las cerraduras están obsoletas. «No quiere decir que sean malas, sino que hoy por hoy son vulnerables para la mayoría de las bandas que se dedican a esto», apunta una fuente de la asociación. Los consejos que dan pasan porque la gente se conciencie de la necesidad de actualizar sus cerraduras, como se cambia de colchón o de coche tras cierto tiempo. Las que hace una década eran perfectamente fiables, hoy pueden ser fácilmente abiertas por unos especialistas que tienen una gran facilidad para formarse a través de cursos en Internet
e incluso de comprar herramientas de cerrajero por el mismo medio.
la puerta
Siempre pasar la llave. Teniendo en cuenta que los ladrones son los que más prisa tienen en entrar y salir del piso, «no hay que darles facilidades», advertía el año pasado en una reunión Javier
Saco, delegado de Participación
Ciudadana de la Policía Nacional. Por eso aconsejó que cuando se sale de casa, aunque solo sea para ir a la compra, se pase la llave. Sobre el modo de actuar de los delincuentes, el mismo agente recordó que los rateros prefieren zonas concurridas, inmuebles con pocas puertas por planta y, a poder ser, con cortafuegos que les eviten ser descubiertos por quien pase por las escalera.
También apostilló que, en algunas ocasiones, se ha detectado que quitan la mirilla para saber si el piso está ocupado.
las vacaciones
No dejar pistas de que la vivienda está deshabitada durante un tiempo. Cuando uno se va de vacaciones y deja las persianas cerradas a cal y canto o el buzón lleno de cartas es como invitar a los malandros a entrar en casa. Hay quien deja un programador para el encendido de luces por la noche. Y es bueno que un vecino esté pendiente de recoger las cartas.
En lo que va de verano hubo cerca de una decena de casos
En los nueve robos en viviendas que se cometieron en lo que va de verano nada tienen que ver delincuentes extranjeros. «Son de la zona. No se detectó por el momento la presencia en la ciudad de banda extranjera alguna», comentan fuentes policiales, que creen que lo del verano pasado es muy difícil que se vuelva a repetir en un corto espacio de tiempo. En el 2014 la policía desarticuló 10 bandas organizadas.
El grupo policial que acabó con los asaltos a casas se reduce y le retiran vehículos
Para los sindicatos policiales, los delincuentes que asolaron el año pasado la ciudad terminaron todos en prisión porque participaron agentes especializados. La Confederación Española de la Policía (CEP) considera que el mérito del desmantelamiento de las bandas se debió al «personal fijo y especializado, que, con los escasos medios y personal con que contaban, han demostrado más profesionalidad que los responsables políticos policiales de los que dependen». Y el SUP considera todo un acierto que la unidad de delincuencia organizada se viera reforzada con más agentes y vehículos de seguimiento.
A Coruña es una de las pocas ciudades de España que no cuenta con una unidad específica para perseguir los robos en pisos. De hecho, el año pasado fue la Unidad de Delincuencia Organizada la que se hizo cargo de la investigación. Eso sí, se vio reforzada con coches y agentes, que ahora les retiraron.
Hay que recordar que el año pasado, cuando más robos había, el número de agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Judicial creció en un 80 %, pero solo fue un refuerzo temporal. Aquellos policías juntaban los días con las noches. Durante el tiempo que duró la investigación y por la profesionalidad de la mayoría de los delincuentes a los que se enfrentaban, apenas durmieron. Viajaron incluso a localidades fuera de Galicia en los seguimientos.
El delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, explicó recientemente que el dispositivo policial para combatir los robos en pisos en verano solo se ampliará si se incrementan los casos durante la época estival.