Las excavaciones en San Francisco sacan a la luz una necrópolis

alba deus, d. s. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Los arqueólogos descubren tres esqueletos bajo los restos de la antigua sacristía

15 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las excavaciones arqueológicas reanudadas el pasado miércoles en el solar del antiguo convento de San Francisco han sacado a la luz una necrópolis. Bajo los muros de lo que fue en el siglo XVI la sacristía, los técnicos han localizado restos «cunha capa superficial de ósos revoltos e rotos polos cortes sobre terreo para a cimentación da igrexa; e, por debaixo, aparecen esqueletos colocados», apuntó ayer el director de la excavación, Javier Chao.

Tras uno de los dos sondeos arqueológicos proyectados se descubrió la presencia de tres esqueletos en el asentamiento de la que en su día fue la sacristía. «Hai un cranio, varios ósos máis arriba, como descolocados; dous pés, dúas pernas, ata o seonllo e os fémures», describió el director del yacimiento.

De las otras dos osamentas, una está todavía sin exhumar al completo, aunque han podido comprobar que se encuentra parcialmente bajo un muro, y la tercera ha sido tapada con telas para protegerla del sol. Intuyen los especialistas que el número de restos podría ser mayor, al tratarse de una necrópolis.

En el esqueleto oculto por el muro «temos que limpar e facer un pouco máis de traballo, pero vese unha terra distinta que corresponde á inhumación. O fémur si se ve colocado, na mesma orientación e ángulo que o anterior, e está seccionado polos muros», explicó Chao.

La disposición de todas las tumbas halladas hasta el momento es, a juicio de los expertos, «un tanto estraña, norte-sur, cando o normal é que sexa este-oeste, ese era o ritual para cristiáns da época medieval». Pero el arqueólogo recuerda que «o feito de que estean nunha disposición diferente á habitual tampouco ten porque significar que sexan doutra época. Pode responder a outros motivos». Chao indicó que tampoco se descarta por el momento que se correspondan con rituales romanos o anteriores, y, de hecho, «se non aparecen restos próximos distintivos dunha época, pode que non cheguemos a saber o século exacto dos ósos».

La sacristía es una ampliación que data del siglo XVI y en su interior, en excavaciones previas, se reparó en la presencia de un muro anterior que se creía del siglo XIII. Los restos humanos encontrados arrojan interrogantes sobre la cronología de la pared, de 1,80 metros, pues se encuentran en un estrato superior. «Podería ser que incluso fose anterior ao que se barallaba», apuntó el arqueólogo. Esta disposición «non ten ningún sentido, salvo que ese muro estivese xa completamente arrasado e se colocase encima a necrópole».

Chao recalcó que «é bastante pronto para poder sacar conclusións, non é fácil con tan pouco como levamos escavado». De todas formas, «a idea non é nesta fase chegar a coñecer todo; senón sacar a información necesaria para, si se dan as circunstancias, decidir como se aborda o estudio do xacemento», indicó. Con los datos que se conocen «parece que hai bastantes elementos de interese. Hai unha sucesión xeolóxica, aparentemente bastante ampla, e de momento non podemos concretar moito máis».

Los trabajos de excavación en San Francisco, que incluyen restauración, limpieza y reintegración del pavimento y los elementos constructivos, continuarán hasta el martes. Después, los restos serán entregados a la Dirección General de Patrimonio, que decidirá si se hacen o no estudios «dependendo das posibilidades que haxa», señaló Chao.