La plantilla de la ORA reconoce su preocupación ante los cambios

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo EIroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El alcalde asegura que la concesión se podría recuperar sin un gran coste

19 jun 2015 . Actualizado a las 17:04 h.

El proceso de municipalización de la ORA que ha iniciado el gobierno local de A Coruña no será inmediato. Se ha encargado un informe jurídico para darle forma a una idea que pasa, según expresó la Marea, por la gestión directa de lo que hasta ahora se hacía por medio de una concesión.

Ayer el regidor se refería de nuevo a ese contrato. «Se a ORA é viable para a empresa privada, tamén o é para o Concello», dijo Xulio Ferreiro. Además, aseguró que llevar a cabo el cambio se puede hacer sin gran coste para las arcas municipales. Por su parte, la empresa que ganó el concurso, Setex, incurrió ya en gastos (compró ocho coches eléctricos) y ha firmado contratos de suministros (192 nuevos parquímetros) que, de anularse el proceso, podría repercutir al consistorio, aunque también eso está por ver.

Más allá del debate teórico, la situación está creando una gran preocupación en la plantilla de ORA y grúa, unas 60 personas en la primera y en torno a 30 en la segunda, sin bien en el segundo caso todo apunta a que seguirá en régimen de concesión subrogados en otra empresa, Valoriza, ganadora del correspondiente concurso.

«Estamos todos en el aire», decía ayer Pedro Fernández, delegado sindical de UGT de la actual concesión de grúa y ORA (lo lleva Doal, filial de Vendex). «No sabemos ni lo que se quiere hacer ni lo que se quiere hacer», apunta. Explica que han pedido una reunión con el actual gobierno local, pero que todavía no les han puesto fecha.

Manifestación

Por otra parte, Fernández recuerda que los trabajadores se manifestaron recientemente para que se escucharan sus demandas, que pasan, básicamente, porque se aseguren sus puestos de trabajo. Para ello pedían hace unos dos meses que se modificara el pliego de la ORA, porque las condiciones económicas que asumía la empresa, con un canon a pagar al Ayuntamiento y un contrato a riesgo y ventura -nadie cubre sus pérdidas, si las hay- podrían acabar suponiendo despidos si las cifras no acompañaban.

«Estamos todos muy preocupados», asegura ante el momento de indeterminación en que se encuentran. Sobre las opciones abiertas afirma Fernández que él, personalmente, se decanta porque el servicio acabe pasando a manos de una empresa pública. «Pero depende de lo que diga la ley», matiza, mostrando sus dudas sobre las posibilidades de la gestión directa, aunque habrá que esperar al informe jurídico solicitado por el consistorio.

«Estar como contratados laborales por una empresa municipal sería un buen camino», afirma Fernández, que pide que el caso se resuelva cuanto antes. «Somos 90 familias pendientes de un hilo y no queremos enfrentarnos ni al Ayuntamiento ni a las empresas», dice.

El problema de la reversión de la ORA a manos municipales es, más que de posibles grandes indemnizaciones, de cómo asumir a la plantilla, ya que las actuales normativas estatales ponen numerosas trabas a las administraciones locales para fichar trabajadores cuando no sean de servicios imprescindibles, como policía o sanidad.

Más allá de eso, existe también otro inconveniente legal, el de convertir a trabajadores del sector privado en funcionarios públicos, un paso para el que se requiere un concurso de méritos, que tendría que ser abierto y, lógicamente, no garantizaría que los actuales empleados conservaran sus puestos.

El gobierno local no ha aclarado su fórmula, sí su predilección. El PSOE, por su parte -sin sus votos en el pleno, donde se dirimirá el asunto, la Marea tiene difícil aprobarlo- ya ha expresado a través de su portavoz, Mar Barcón, que su apuesta pasa porque sea la firma pública Emvsa la que se encargue, absorbiendo a la plantilla actual.

La jurisprudencia pone trabas a la subrogación entre empresas y la Administración

El BNG advirtió desde el primer día que la piedra de toque de todo el proceso que ahora se inicia estaba en la subrogación de la plantilla. Hay jurisprudencia abundante sobre el tema, toda coincide en que la subrogación -el mantenimiento de los trabajadores cuando cambia la firma concesionaria- siempre debe hacerse entre empresas. Así lo recogen, además, los convenios laborales. Pero la cosa cambia cuando es la administración la que recupera un servicio que antes tenía en concesión.

El Supremo, por ejemplo, falló en el 2012 a favor del Ayuntamiento de La Roda en un caso similar al de la ORA, pero con la limpieza viaria. «Lo que no puede estimarse aplicable en el caso que nos ocupa es la subrogación del personal que regula el convenio del sector de la limpieza viaria, a efectos de contribuir y garantizar la estabilidad del empleo, porque la absorción del personal se prevé solamente entre quienes se sucedan, mediante cualquiera de las modalidades de contratación, siendo evidente que el Ayuntamiento, cuando rescinde la adjudicación y asume directamente el servicio, no actúa como contratista del sector que obtenga una nueva adjudicación ni que suceda a un contratista anterior», dice el texto legal.