Manuel Souto: «Manolito fue mi padre, yo soy Manolo»

A CORUÑA CIUDAD

Manuel Souto tiene 55 años y dos hijas de 23 y 21 y lleva toda la vida dedicado a la hostelería y al deporte.
Manuel Souto tiene 55 años y dos hijas de 23 y 21 y lleva toda la vida dedicado a la hostelería y al deporte. césar quian< / span>

07 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Se llama Manuel, es propietario junto a sus hermanas Mari Carmen, Lupe y Belén de los restaurantes Manolito, y todos le llaman Manolo. «Manolito fue mi padre, yo soy Manolo. Hace más de diez años que murió, pero mucha gente me sigue hablando de él, recordando anécdotas. Me enseñó muchísimo, sobre todo en la forma de tratar a los clientes y a los empleados. Era un auténtico relaciones públicas», recuerda Manuel Souto Liñares. Tiene 55 años, «creo que bien llevados», comenta. Es padre de dos hijas «preciosas» de 23 y 21 años, que no cree que en el futuro se dediquen a este negocio. «A mi mujer la conocí en la calle. Cuando éramos chavales jugábamos ahí en Benito Blanco Rajoy, que era una explanada», recuerda mientras señala con el dedo la zona a la que se refiere. Charlamos en el Manolito de Ramón y Cajal, fundado en 1969 y que el domingo (por hoy) cierra durante unas semanas. «Vamos a acometer una reforma para adaptarnos a los nuevos tiempos. Mantendremos los platos de siempre y habrá otros nuevos. La idea es funcionar más horas al día y hasta ofrecer la posibilidad de tomar una copa por la noche», explica.

Más de mil lacones

Iba para ingeniero, pero tras un año en Vigo en Industriales decidió seguir la senda hostelera de su progenitor. Un camino que se inició en Chantada en 1956 cuando Manolito abrió una fonda en esta localidad. En el 69 decidió apostar por A Coruña, «que le gustaba muchísimo. Desde pequeño, con apenas diez años, ya ayudaba en el bar», rememora. En 1981 abrieron el otro negocio en la calle Santiago Rey Fernández-Latorre. «Lo de servir lacón con grelos todo el año fue idea de mi padre y de mi madre, Lupe (que suele ir a dar una vuelta por el local y aporta recetas). No puede faltar, nunca salió de la carta ni saldrá. Al año despachamos más de mil lacones», comenta. Dice Manolo que es más de carne que de pescado y no le gustan ni los callos ni la fabada. «Tomo un poco de vino tinto con la comida, pero no bebo un vaso sin comer. La cerveza no la probé en mi vida, pero soy un experto en aguas. Como todos los días aquí. Me acostumbré a hacerlo rápido. En quince minutos estoy listo», confiesa. Su principal virtud es «la sinceridad. No sé mentir» y su defecto más acusado «algún pronto que tengo». Le gusta estar informado y se lleva «regular» con las nuevas tecnologías. «Mi mujer se mete conmigo porque tengo Twitter y Facebook y no los uso».

Vida deportiva

Presume de que con 18 años montó su primer equipo de fútbol sala, ahora el más veterano de la ciudad, del que es entrenador. «Y tenemos el de fútbol de veteranos con el nombre del Sin querer, que cumple 25 años y que está en división de honor». Cuando el físico se lo exigió dejó los campos por el pádel. «Juego casi todos los días. Soy el capitán del equipo del Soho de 2º categoría. Me gustan las reuniones post partido porque es la forma de mantener el grupo». Su rincón favorito es el paseo marítimo, «pero no lo disfruto mucho». Dice que no tiene manías, ni es supersticioso, pero hay algo que le sucede a menudo y que no sabe explicar. «A veces pienso en un cliente que hace tiempo que no veo y unos días después aparece».

«Mi mujer se mete conmigo porque estoy en Facebook y no lo uso»