Un mito de las olas gigantes da clases de surf en Sabón

B. Serantes A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El franco-brasileño Eric Rebiere, que compitió entre los mejores del mundo y ganó el Pantín Classic, busca nuevos retos en Galicia

23 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Su victoria en el 2003 en el Pantín Classic, la mítica prueba que lleva más de 20 años celebrándose en el arenal de Valdoviño, fue fundamental para que se clasificase para competir entre los mejores del mundo en la siguiente temporada. Eric Rebiere (Arraial do Cabo, Rio de Janeiro, 1978) se convirtió hace más de una década en el primer francés en colarse en la élite del surf, hasta entonces prácticamente copada por australianos y estadounidenses. Galicia empezaba así a cruzarse en el camino de este deportista de padre galo y madre brasileña, que luego regresaría a esta costa privilegiada para explorarla en busca de lugares que le permitiesen progresar en su nueva pasión: las olas gigantes, donde es una de las referencias internacionales.

«El conjunto de factores que hacen falta para tener buenas condiciones es amplio», comenta Rebiere, quien agrega: «Marejadas que se formen lejos del litoral, fondos consistentes de roca o arena, mareas y vientos adecuados... Y Galicia consigue, como pocos sitios en el mundo, aglutinar todos estos condicionantes». Ya ha realizado algunas sesiones espectaculares en Corme o en la Tóxica y tampoco faltaron sus sesiones sobre montañas de agua salada en la ya legendaria Nazaré (Portugal), pero este invierno quiere ir aquí, en las proximidades de A Coruña, un paso más allá. Prepara una expedición a varias olas monstruosas -«de más de 20 metros»-, que rompen de forma habitual con las borrascas más profundas, con uno de esos temporales que obligan a amarrar toda la flota en puerto. Ese es el momento, en el que Rebiere escogerá para salir al mar.

«Ahora ya no hay límite»

Asegura que su salto desde la alta competición se produjo de forma natural. «Al principio, no surfeaba olas demasiado grandes, pero, poco a poco, fui subiendo el nivel y ahora ya no hay límite», reconoce. «Y dentro de esa búsqueda de las fronteras, hay un trabajo que realicé durante los últimos años que me parece fascinante que es la exploración, que es el hecho de descubrir nuevos lugares donde rompen estas masas de agua impracticables», recalca.

Pero mientras espera a que las olas gigantes regresen a Galicia, Rebiere no se ha quedado parado. Ha abierto su propia escuela en la playa de Sabón, donde ya cuenta con un grupo de alumnos de la zona a los que aconseja cómo progresar en un deporte divertido y exigente. «La primera vez que vine a Coruña fue a visitar a la madre de mis hijos, que fue quien me llevó a conocer Sabón», comenta. «Ahora, cuando volví, me di cuenta que esta playa tiene algo muy poco común: condiciones ideales para diferentes niveles de surfistas», agrega.

Además, «el hecho de tener un local donde trabajar tan cerca de la arena facilita mucho las cosas para mí».