Los conductores de buses urbanos irán a la huelga los días 22 y 29

E. E. A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Piden una reducción de horario además del aumento del 3 % del sueldo

13 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El comité de empresa de la Compañía de Tranvías convocó una huelga que, en principio, durará dos días y que afectará a los viajeros del bus urbano de A Coruña, gestionado por la empresa, durante este mes. Los días 22 y 29 el servicio de transporte se verá afectado por el paro de los conductores, a la espera de que se fijen los servicios mínimos.

Las medidas de presión, respaldadas por todos los sindicatos, se toman después de que no se hubiese llegado a un acuerdo con la dirección de la empresa en las numerosas reuniones mantenidas desde el inicio de los contactos, el pasado 3 de marzo.

Desde ese momento, según fuentes sindicales, hubo hasta nueve citas entre representantes de la plantilla y de la dirección de la compañía, sin que por parte de los primeros se viese voluntad de solucionar el problema con un acuerdo.

La empresa ofreció una mejora salarial de un 3 % a aplicar en los próximos tres años a razón de un 1 %. A los trabajadores esa medida les pareció insuficiente y pidieron compensaciones sociales para aceptar un acuerdo.

Su propuesta pasaba por reducir el horario en 16 horas al año (dos días) durante cuatro años. Actualmente su convenio recoge 1.810 horas de trabajo anuales, mientras la media del sector, a la que querían acercarse, dicen las mismas fuentes, se sitúa en el entorno de las 1.750 horas. Sin embargo, apuntan, la compañía negó esa posibilidad. Finalmente, la propuesta se votó en asamblea -hay 247 trabajadores, 212 de ellos conductores- que rechazó la oferta de la dirección. Sin acuerdo, se convocó la huelga.

Mucha abstención

Por su parte, la empresa explica que a la asamblea del pasado viernes faltaron 106 trabajadores, es decir, hubo una abstención del 43 %, y apuntan que hubo 95 votos a favor y 44 en contra por lo que «solo el 38 % de la plantilla se ha mostrado favorable a la huelga».

La dirección entiende que el comité aceptó inicialmente una subida del 3 % por encima del IPC y se llegó a un preacuerdo finalmente roto. «La compañía considera que se está orquestando un supuesto conflicto artificial y forzado por unas circunstancias que están colisionando con las lógicas y legítimas reivindicaciones laborales», dicen, y recuerdan que durante dos meses se negoció sin tensiones y que tras acercar posturas el preacuerdo «se rompió de manera súbita y sorprendente».

La empresa destaca la coincidencia entre el primer día de huelga y el penúltimo antes de las elecciones y asegura que las demandas planteadas no justifican «un gran trastorno para los usuarios», y afirman que no aceptarán presiones.