Por la tercera ronda se llega en mitad de tiempo y con 36 semáforos menos

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

La Voz se subió ayer a un coche y recorrió el nuevo vial entre el aeropuerto y la glorieta del pavo real, en la zona de Riazor

18 mar 2015 . Actualizado a las 07:54 h.

Cuando hace 15 años se pensó en construir una autovía que uniese el aeropuerto de Alvedro con la glorieta del pavo real, en la confluencia de la ronda de Outeiro con Manuel Murguía, las autoridades presumían de que el nuevo vial, al que llamarían tercera ronda, supondría para los conductores un ahorro de la mitad de tiempo, aparte de ser una vía de escape que serviría para aliviar el tráfico en los principales accesos a la ciudad. No mentían. La Voz se subió ayer a un coche y lo comprobó. Primero se cubrió el trayecto entre Alvedro y Los Rosales por las carretera de siempre, la que cruza Vilaboa, Alfonso Molina y la ronda de Outeiro. Llama la atención la fluidez del tráfico. La avenida de Vilaboa, hasta el sábado una de las vías con más tránsito del área metropolitana, estaba prácticamente vacía. Lo atestiguan los vecinos de la zona, que vieron como el volumen de vehículos descendió notablemente desde la apertura de la tercera ronda. También los taxistas dicen que Alfonso Molina también notó la apertura del nuevo vial. Pues a pesar de esa notable reducción del tráfico, ir del pavo real al aeropuerto le lleva a uno 16 minutos y tiene que cruzarse con nada menos que 36 semáforos.

Pero si uno elige la tercera ronda, en lugar de 16 minutos ya son 8 y no hay ni un solo semáforo en el que parar. La comparativa es más odiosa todavía si se tienen en cuenta los viales de acceso. Así, por ejemplo, circular desde Ramón y Cajal a la Zapateira no supone más que 4 minutos, cuando por Alfonso Molina y la avenida de Nueva York son 12. Lo mismo ocurre entre los Rosales y Marineda City. Si por la ronda de Outeiro son 12 minutos con fluidez de tráfico, por la tercera ronda son apenas 3 minutos. Estos tiempos serán mucho más cortos en días u horas de intenso tráfico en la ciudad. Y eso que la tercera ronda, entre el pavo real y el aeropuerto, mide 12,5 kilómetros, y el viejo trayecto se queda en 10,6. Si para los vecinos de A Coruña supone una revolución, más aún para acercar a la ciudad a los residentes en el área metropolitana.

¿Qué dicen conductores y taxistas de la tercera ronda? Pues se escuchan muchas voces pidiendo una mejor señalización de las salidas o de los accesos a los distintos barrios o viales.

El BOE anuncia la licitación de Lonzas y otras mejoras en las conexiones

La ministra de Fomento, Ana Pastor, se presentó el pasado sábado en la tercera ronda para inaugurarla con el cargador de promesas lleno. En primer lugar garantizó cuatro millones para completar las obras subsidiarias de la avenida. Adelantó que en mayo abrirá la conexión Glasgow-Picasso y que en septiembre estarán listas las conexiones con Mesoiro y con la universidad. Antes quedarán concluidas la glorieta de Salgado Torres, el paso elevado de Blanco White, algunos caminos que reclamaron los residentes y otras obras menores.

Pero además adelantó que esta misma semana comenzará la revisión del puente del Pasaje. «No será como ponerle botox», dijo para enfatizar que el análisis servirá como base para el futuro proyecto de ampliación, cuya redacción se licitará en abril, según prometió en una visita anterior a la ciudad.

En cuanto a la tercera ronda, estimó que la utilizarán cerca de 10.000 vehículos al día, aunque con el tiempo esa cifra crecerá hasta los 50.000. La carretera debe servir para aliviar el denso tráfico en Alfonso Molina y competir por el puesto de entrada principal de la ciudad, destacó.

También precisó que las obras del tramo As Lonzas-A Zapateira, de la AC-14, suponen una inversión total de 144,1 millones de euros. De esta cantidad, 79,3 millones corresponden al presupuesto de las obras; 61,6 a las expropiaciones y 3,2 a las asistencias técnicas de control y vigilancia y redacción del proyecto.

Pero quizá no sea la panacea para todos los problemas de movilidad. Eso piensa el BNG, que reivindicó medios de transporte alternativos, como el tren de cercanías, para llegar a la comarca. Y ayer también puso el acento en los paneles opacos instalados en San Cristóbal das Viñas y en As Rañas. Los nacionalistas exigen que se cambien por paneles translúcidos. Rosana Pérez, diputada del Bloque en el Congreso, preguntó al Gobierno por ello. «Os veciños sofren os efectos negativos duns paneis compactos que lles impidan toda visibilidade, fican gran parte do día na sombra, sen exposición solar», denuncian.