La pieza arqueológica tiene tres cruces y está en el Monte dos Bicos
25 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Los líquenes y la maleza que cubrían los petroglifos de Punta Herminia guardaban un secreto: una nueva grabación pétrea. «Tiene estas tres cruces, las cazoletas, que es un motivo muy repetido, y podría continuar por debajo de esa capa vegetal», explicaba el arqueólogo municipal, Marco Antonio Rivas, mostrando los hallazgos en la denominada Pena do Altar. Dicha vegetación se adhiere especialmente a la roca, por lo que al levantarla podría dañar a los petroglifos, en caso de que existieran. Por ello se mantendrá tal y como están, tras las labores de limpieza y recuperación tanto de estos como de los llamados Petroglifos da Brúxula. De dicha tarea, que promueve la concejalía de Urbanismo, se encargó la arqueóloga y restauradora Begoña Albertos Figueroa. La labor continuará con la señalización mediante unos paneles explicativos de estos restos arqueológicos.
Otra tarea incluida en esta intervención municipal fue el levantamiento de la fotogrametría de los petroglifos, un trabajo consistente en tomar imágenes desde varios puntos de los mismos algo que luego, según Rivas, «mediante un programa informático nos permite tener imágenes en 3D con una precisión de hasta dos milímetros».
Con balazos y desaparecidos
El objetivo de todo ello es recuperar estos petroglifos, algunos de los cuales conservan la huella de los balazos recibidos cuando Punta Herminia estaba ocupada por las instalaciones militares y había prácticas de tiro.
Insiste el arqueólogo en que, en general, «es difícil establecer una datación» para los petroglifos y aventura que podrían estar relacionados con la Torre de Hércules y los elementos medievales de la misma, pero concluye, rotundo, que «la cronología es un misterio, no se pueden datar».
No obstante, sí lo hizo en su día el autor del documento titulado Reseña de las inscripciones fenicias o rúnicas del litoral de La Coruña descubiertas por D. Francisco María de la Iglesia en mayo de 1895. Este estudioso elaboró un mapa con los petroglifos que había en esa fecha en el entorno de la Torre, casi todos ellos desaparecidos. En dicho mapa no estaba el de la Pena do Altar que ha sido ahora descubierto.