Elegantes. Muy elegantes, rodeados por sus compañeros de la Coral Polifónica de Bergantiños y en lugar repleto de historia. Nerviosos y muy emocionados. Los coralistas María Dolores Rodríguez Fraga y José Fraga Suárez acudieron el sábado a la Real Academia Gallega de Bellas Ares de Nuestra Señora del Rosario, en A Coruña, para recibir en un acto repleto de solemnidad los premios honoríficos Marcial del Adalid, que reconocen, como explicaban desde la institución, «su constancia musical».
La Academia, que preside Mercedes Goicoa Fernández, también distinguió este sábado a Luisa Armesto Ramón, directora de la Coral Polifónica Santa María de Cambre, una agrupación que ha actuado en numerosas ocasiones en la Costa da Morte.
Loly y José, que después actuaron con sus compañeros en la Academia Gallega de Bellas Artes, se unieron así a numerosos integrantes de la Coral Polifónica de Bergantiños, que, como ellos, recibieron ya el diploma y la insignia de Marcial del Adalid, una distinción que reconoce la trayectoria musical de los coralista (de al menos quince años), a los que dirige Gloria de los Ángeles Pardines Rojo. El año pasado, por ejemplo, la recibieron Nieves García, María Cabeza, Edelmira Mancebo, Celia Lorenzo y Amelia Miñones.
Los premios Marcial del Adalid tienen una larga trayectoria, ya que nacieron en 1949 con el objetivo de estimular a los aficionados a la música «y enaltecer la destacada labor de aquellos que, desinteresadamente, vienen contribuyendo eficazmente a las meritorias actividades de las diversas agrupaciones musicales de Galicia».
Tanto Loly como José, compartieron sus distinciones con sus compañeros y con la presidenta de la coral polifónica, Pilar Villanueva, con los que tras el solemne acto compartieron el escenario y cantaron dos piezas. Seguro que el próximo año la agrupación carballesa podrá presumir de nuevos galardonados con el Marcial de Adalid. Su constancia lo demuestra.