Ya son 63 personas las que dicen ser las propietarias de la primitiva perdida

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Cada día acuden 10 reclamantes al registro coruñés asegurando ser los agraciados con los 4,7 millones

27 sep 2013 . Actualizado a las 10:10 h.

Solo uno puede ser y hasta puede que no sea ninguno de los que lo hayan reclamado hasta el momento. Son ya 63 las personas que manifestaron por escrito ser los verdaderos propietarios del boleto de la lotería primitiva perdida hace poco más de un año en una administración de lotería de la coruñesa plaza de San Agustín. Así que el misterio continúa. Porque nadie suelta prenda. Ni Loterías ni el Ayuntamiento de A Coruña, que es a quien se encomendó la búsqueda de la persona que perdió el boleto -con los números 10, 17, 24, 37, 40 y 43- dan una pista de cómo van las pesquisas. Saben que el no poder dar un solo dato de cómo fue hallado el boleto, si tiene marcas, firmas o está en blanco, invita a todos los que hayan sellado una primitiva por aquellas fechas a pensar en que puede ser la suya. «Pero ofrecer información del resguardo entorpecería todavía más el hallazgo del propietario», según fuentes de Loterías. De hecho, ha trascendido que el boleto hallado por un lotero en el mostrador del despacho tiene una característica «que solo su verdadero propietario puede conocer».

El Ayuntamiento coruñés, a través de sus servicios jurídicos, tienen dos años por delante para recibir reclamantes. El 18 de septiembre del 2015 -ese día se cumplirá el plazo que marca la ley para buscar al dueño del resguardo- se cerrará la ventanilla municipal y los funcionarios deberán estudiar todas las reclamaciones presentadas hasta entonces, que a este paso serán una montaña.

El boleto, que está custodiado en la caja fuerte del organismo estatal de Loterías y Apuestas del Estado, en Madrid, podrá ser reclamado por el Ayuntamiento de A Coruña en cualquier momento para hacer sus comprobaciones.

Hasta ahora han sido muy pocos los reclamantes que han querido salir del anonimato. El último, Antonio García, que decía estar «completamente seguro» de ser el propietario del resguardo. Recuerda «perfectamente» que lo dejó olvidado en esa administración de loterías de la plaza de San Agustín cuando fue a cambiar un billete de 50 euros. Y que estaba firmado por detrás. E incluso contó que le había hecho cuatro marcas.