«Vilagarcía es una ciudad dormitorio»

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARTINA MISER

Lamenta que después de Rey Daviña «ningún alcalde se preocupó por conservar»

07 abr 2013 . Actualizado a las 06:56 h.

Con motivo del Centenario, Vilagarcía ha echado un ojo al pasado y lo que vio es desesperanzador: rellenos, edificios históricos destruidos, playas arrampladas por el asfalto... Fue esa desidia la que animó a un grupo de ciudadanos a crear una asociación en defensa del patrimonio. El revulsivo, la destrucción de los bancos de Ravella. Juan Carlos Porto, músico de profesión pero preocupado por la memoria histórica, entendida como conservación de lo propio, es su presidente.

-El actual gobierno local cumplió su promesa de mantener los bancos de Ravella, pero ¿hizo lo mismo con los otros compromisos adquiridos?

-No. Ya llevamos año y pico presentado propuestas y se abandonaron en un cajón. Respetaron lo de los bancos pero tampoco cómo se pedía. Hay un desinterés...

-¿Y qué es lo que piden?

-Estamos trabajando en varios temas. El castro Alobre, que está abandonado y es quizás el hallazgo más importante de la historia de Vilagarcía. También la conservación del colegio de O Castro, que después de varias multas y aperturas de expedientes a los dueños sigue en las mismas condiciones, y es el primer colegio de Vilagarcía; Villa Güimil, una casa preciosa que se quedó enclaustrada y está en estado ruinoso... Lo más indignante es que los propietarios de estos inmuebles los abandonan para luego conseguir la descatalogación, es una artimaña que se hace a menudo. Está también el hórreo de A Xunqueira, un ejemplar único en Galicia que está lleno de pintadas y abandonado; una ruta de senderismo en Xiabre a la que nadie sabe llegar porque no está señalada; pedimos que se restaure el escudo de la casa de los Abalo, que está abandonado en los bajos del auditorio y es precioso; que se ilumine el jardín de Ravella, que ni siquiera hay que comprar las farolas, que hay unas antiguas también en los bajos del auditorio, preciosas, de hierro forjado... O Pousadoiro es otra pena, pertenece a una empresa privada y si el Concello no exige que se adecente y que impida la descatalogación... Y por último está otra petición que hemos hecho, la de que se traslade el obelisco a la plaza de Galicia, porque es su ubicación original y porque en esa plaza no queda ningún símbolo de su pasado.

-¿No creen que es un poco difícil conseguir fondos para estos proyectos en esta época de crisis?

-Pero es que nosotros no pedimos grandes inversiones. Somos conscientes de cuál es la situación económica. Solo pedimos que se adecente lo que hay, para que no se siga perdiendo.

-¿Como qué?

-Como la casa de Buhigas, como el Casino antiguo, la casa de Abalo o el edificio Lara, el Cervantes, el Fantasio, el Banco de A Coruña, el Varietés, la playa...

-No puede ser culpa solo de los últimos gobiernos, ¿no?

-¡Claro que no! Desde el alcalde Rey Daviña, desde que se empezó con los rellenos, no hubo otro regidor al que le preocupase conservar, siempre permitieron que se derrumbase el patrimonio.

-¿Y usted porque cree que ocurrió? Toda la responsabilidad no será de los alcaldes...

-Yo creo que hubo en la mente de los vilagarcianos una idea de convertir Vilagarcía en una ciudad moderna e industrial, y luego ni histórica ni moderna ni industrial, se quedó en una ciudad dormitorio. Es una ciudad dormitorio que no tiene ningún otro aliciente más que el McAuto. Te preguntan por la parte antigua y solo queda el pazo de Vista Alegre, porque hasta el Castro perdió su personalidad. A veces te produce una profunda frustración.

-¿Y qué se puede hacer ahora?

-Conservar lo poco que queda, que haya voluntad ciudadana y política.

-¿Esa es también la labor de la asociación?

-Sí, de información y sobre todo de concienciación a través de la página web, con fotos de lo que queda y de lo que fue, haciendo una comparativa con lo que se perdió. Le dedico todo mi tiempo libre, pero es mi afición.