Antonio Platas reconoce que «algo falló», pero no es achacable a los responsables del centro
19 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.
Antonio Platas (hijo) asumió la defensa del socorrista, del jefe de estudios, del director técnico y de los propietarios del colegio. Criticó la actitud de los medios de comunicación durante todo el proceso, «haciendo un juicio paralelo, con continuas inexactitudes», alimentadas por pancartas y carteles por toda la ciudad. Dicho esto, recordó a la sala que es mentira que los padres de Diego Novo hayan rechazado toda indemnización, como dijeron, pues «ya cobraron 130.000 euros del seguro». Y luego fue al grano. Aseguró que en los 40 años que tiene este colegio piscina jamás hubo incidente alguno más que el de Diego, que los monitores y socorristas hacían un recuento permanente y aquel día no le comunicaron a la dirección la ausencia de la monitora titular, por lo que no es de recibo inculpar a los responsables.
Platas no se arrugó a la hora de responsabilizar a la monitora, defendida por otro letrado, «por su afán exculpatorio», y sobre lo que originó la muerte del pequeño el abogado asumió que «es lamentable no saber con exactitud lo que pasó aquella mañana. Solo son elucubraciones». Pero si atendemos a la lógica ?añadió? y a lo escuchado en el juicio, todo apunta a que el crío «salió de primero del agua al terminar la clase y se escapó hacia los vestuarios. Fue ahí cuando se perdió el control de Diego». Precisó aún más, pues considera que solo se perdió de vista desde las 10.31 a las 10.33 horas. Reconoce que «algo falló, pudo incluso producirse un error humano, pero nunca del protocolo» fijado y ordenado por los responsables del centro.
Por su parte, el abogado del coordinador de actividades de piscina criticó que se haya acusado a su defendido de que llevaba la piscina «sin pisarla», cuando «es del todo mentira, pues daba clase varias horas a la semana». Apuntó también que pudo haberse producido un fallo humano, pero no muy distinto a la tragedia del Orzán, en la que murieron tres policías y un ciudadano extranjero. Al respecto, recordó que los coches patrulla no llevaban una cuerda y eso podría evitar las muertes. «Pero en ese caso no se juzgó a nadie», dijo. Para finalizar, afirmó que la única coordinación de su cliente era «el de asignar horarios», de ahí la injusticia de sentarlo en el banquillo.