Salieron los muertos y entraron los vivos

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Emotivo recital con obras de autores enterrados en San Amaro y primera visita nocturna

26 ago 2012 . Actualizado a las 07:09 h.

El sol enfilaba el ocaso. Hacía más de dos horas que había sonado la campana del cementerio de San Amaro anunciando que los vivos debían de abandonarlo. En la entrada del camposanto, bajo el frontispicio que marca el año 1812, arrancaba un recital poético-musical bajo el lema El cielo de A Coruña. Tras unas palabras del alcalde, la Banda Municipal arrancaba con un Popurrí de obras de José Baldomir, Canuto Berea y Marcial del Adalid. Fue antes de que Sito Sedes, muy aplaudido por el numeroso público que desbordó todas las previsiones, cantara Morriña, de Eduardo Diehl.

Era el inicio del primero de los grandes actos del bicentenario del cementerio de San Amaro. Tras la música vinieron los versos de Luisa Villalta, Viaxe, y de Antón Vilar Ponte, con un fragmento de A bandeira ergueita, recitados por Yolanda Castaño y Mercedes Queixas.

Presentado por Paco Lodeiro, el recital fue alternando obras musicales y poéticas, todas de autores enterrados al otro lado del muro. Así, Rosa Cedrón, con la Banda Municipal, cantó Os teus ollos, de Castro Chané, y Unha noite na eira do trigo, de Curros, otro de los momentos emotivos. Curros volvió a ser cantado por Paco Lodeiro (O vello e o sapo, «la canción preferida de Pucho Boedo») y recitado por Xosé Luis Axeitos (A Rosalía). Y aunque la autora de Cantares gallegos no está en San Amaro, si está su marido, Murguía, de quien Cesáreo Sánchez leyó su Discurso nos Xogos Florais de Tui, 1891. De Rosalía sonaron la Negra sombra, en la primera aparición de Xoel, y El loco soñador, que habían popularizado Los Tamara.

La emotividad se fue mezclando con la retranca de temas como O quer que lle quer, de Mauricio Farto, cantado por la coral Cantigas da Terra. El cielo se iba oscureciendo mientras sonaban textos de Miguel González Garcés (recitado por Xulio Valcárcel), Fernández Flórez (Pablo Mariñas), Pérez Lugín (Adriana Rodríguez), Francisca Herrera (Fernández Naval) y Luis Seoane (Xabier Seoane). Y otra vez las campanas, primero la de Anllóns, de Pondal, recitada con vehemencia por Mato Fondo y luego la del camposanto: «Las sombras ya se alargaban / cuando sonó la campana / los vivos ya se tienen que marchar». Era la letra de la canción San Amaro, que estrenó Xoel López, antes de que todos saludaran y sonara el himno gallego.

Antorchas y farolillos

Si las voces de los muertos salieron a la puerta del camposanto, al acabar el recital un grupo de privilegiados inició la primera visita nocturna a San Amaro, después de que Suso Martínez, el guía, pasara lista de los inscritos previamente. Farolillos en el suelo, antorchas a la altura de las cabezas y la media luna en lo alto del cielo era toda la iluminación. El guía fue invocando la presencia de los ilustres allí enterrados. «Parecemos la Santa Compaña», se oía al final de la fila. En el pasillo central el guía hablaba de la proa de San Amaro, al fondo cruzaba un barco y los vivos paseaban entre los muertos.