Un gato herido al que nadie quiso

Xosé Vázquez Gago
xosé v. Gago FERROL / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

«Es increíble que no hubiese dónde dejarlo y que nadie te diga qué hacer, ¿se supone que debía haberlo rematado yo mismo para que no sufriese?».

06 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El pasado viernes, cuando volvía a su casa de A Coruña tras una cena en Sada, Antonio Río encontró un gato en el medio de la carretera que pasa por Veigue. El animal vio venir el coche, pero no se apartó. No podía. «Solo se arrastraba con las patas de delante», explicó Río, que se detuvo para no pillarlo.

Pasaba de la una y media de la madrugada, pero decidió ayudar al felino. «Era pequeño, blanco con manchas negras y no tenía heridas visibles. Estaba cuidado y seguro que era doméstico aunque no tenía collar», dice Río.

Llamó al 112 para pedir el teléfono de la Policía Local de Sada, que le dijo que esa zona pertenecía a Oleiros. Consiguió su número y los llamó, pero un agente le respondió que no se ocupaban de eso. Probó con varias protectoras de animales, pero no le contestaron en ninguna.

Telefoneó a la Policía Local de A Coruña para ver si podía llevarlo. Dijeron que no podían hacer nada. ¿Y las protectoras?, preguntó, lo cogerían «si fuese un perro, pero siendo un gato...».

Tras más de una hora de llamadas decidió llevárselo. Lo tapó con una manta y el animal se durmió. Insistió con la Policía Local de Oleiros. Repitieron que no podían hacer nada y que si acudía al veterinario para curarlo o ponerle la inyección los gastos serían cosa suya.

Condujo hasta su casa. Al llegar cogió al gato, pero no se movió: había muerto. Río sigue sorprendido: «Es increíble que no hubiese dónde dejarlo y que nadie te diga qué hacer, ¿se supone que debía haberlo rematado yo mismo para que no sufriese?».