Dos jóvenes fueron arrestados en Noia por conducir ebrios el mismo coche
18 ene 2011 . Actualizado a las 11:46 h.Hay resacas que le quitan a cualquiera las ganas de volver a perderse en la noche. Y la que debieron de tener un vecino de Santiago y otro de A Coruña que el sábado se dejaron ver por Noia seguramente fue de esas. Se supone que ambos salieron de juerga por la villa noiesa. Cuando las agujas del reloj se asomaban ya a las nueve de la mañana, el primero de ellos, el compostelano, tuvo problemas. Ahí empezó un tan largo como rocambolesco suceso.
Resulta que el compostelano en cuestión iba conduciendo un Hyundai cuando, a la altura de la calle Escultor Ferreiro, la Policía Local de Noia le vio haciendo una maniobra indebida. Concretamente, un giro prohibido. Le dieron el alto y, según los agentes, el hombre, cuyas iniciales responden a J.?M.?M.?P. y de 28 años, tenía síntomas evidentes de estar bajo los efectos del alcohol. Pero los agentes no pudieron comprobarlo, porque se negó a hacerse la prueba. Entonces, le detuvieron.
Como suele ocurrir, tras hacerse los trámites oportunos, quedó en libertad a la espera de juicio rápido, que será mañana. El coche quedó inmovilizado. El procedimiento para que pudiese moverlo era el siguiente: tenía que avisar a los agentes y dejar que le hiciesen el control de alcoholemia o, en su defecto, presentar a otro conductor sobrio que se lo llevase.
Tenía las llaves
Pero el hombre no hizo nada de eso, según la versión policial. Dado que no le habían quitado las llaves, cogió el coche sin avisar a nadie. En realidad, no conducía él, sino un amigo, el coruñés citado, con iniciales E.?P.?S. y de 31 años. No debieron de planificar demasiado bien la huida. No en vano, una patrulla de la Policía Local que merodeaba por la zona se percató de que se estaban marchando. Ahí es nada. Los agentes salieron pitando.
Fueron tras ellos y, nuevamente, les pararon, en la calle Ferreiro Rodríguez. En esta ocasión, el conductor no se negó a hacer el control. Le practicaron la prueba y arrojó una primera cifra de 0,71. En el segundo intento dio 0,72, es decir, casi tres veces más de lo permitido. Por tanto, a los agentes les tocó volver a practicar una detención. Los policías no daban crédito a que tuviesen que arrestar a dos conductores por llevar un mismo coche.
Tras hacerse las diligencias, el segundo arrestado quedó también en libertad a la espera de un juicio rápido. Tienen cita con la Justicia mañana. ¿Vendrán a bordo del Hyundai?