La fauna que rodeó a los hombres de Neandertal revive en Cova Eirós

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

24 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La campaña de excavaciones que se lleva a cabo en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós, en Triacastela, está poniendo al descubierto una gran cantidad de restos de animales que ayudarán a estudiar las pautas de alimentación de las poblaciones primitivas y a reconstruir el medio ambiente de la zona en diversas etapas de la prehistoria. Una gran parte de estos materiales -que vienen a sumarse a los hallados en anteriores campañas, ya bastante numerosos- procede del yacimiento neandertal descubierto en la cueva en el 2008, lo que ofrece un especial interés científico, ya que es la primera vez que se encuentran en Galicia industrias líticas de esta especie humana extinguida asociadas a restos de fauna.

En las excavaciones iniciadas el pasado día 9 se han desenterrado ya cerca de 700 objetos, de los que cerca de la mitad son restos fósiles. Una gran parte de ellos proceden del llamado nivel 3B, en el que se encuentran los materiales más antiguos localizados hasta ahora en el yacimiento neandertal. Entre ellos hay muchos huesos fragmentados con marcas de cortes y fracturas que indican que estos animales fueron consumidos por los humanos. Otros, en cambio, pueden haber utilizado la cueva como cubil cuando no estaba ocupada por humanos.

El arqueólogo Arturo de Lombera, codirector de la campaña, señala que en el equipo que trabaja actualmente en la cueva no hay especialistas en fauna, por lo que de momento solo se está haciendo una clasificación provisional y muy somera de estos restos. «De momento pudimos distinguir ejemplares de diversas especies de herbívoros, como bóvidos, ciervos y rebecos, y también algunos restos de osos», señala.

Más adelante, los fósiles serán estudiados en el laboratorio por la paleontóloga Aurora Grandal, del instituto geológico de la Universidade de A Coruña, quien se encargará de identificar con mucho más detalle las diferentes especies presentes en el yacimiento. Otros especialistas se ocuparán posteriormente de estudiar las huellas de la manipulación humana con el fin de averiguar qué preparación se les dio antes de ser consumidos y de saber, por ejemplo, si un determinado animal fue despiezado antes de transportarlo a la cueva. «En el examen preliminar ya vimos que alguno de estos huesos fue fracturado para aprovechar su médula», apunta De Lombera.

El análisis de los fósiles ayudará de esta forma a saber qué especies formaban parte de la dieta de los neandertales que poblaron estos parajes durante el Paleolítico Medio y qué técnicas se utilizaron para aprovechar sus diversas partes. Pero los investigadores también esperan obtener de ellos datos de gran interés sobre la fauna, el medio ambiente y el clima de la zona en ese período.

Por otro lado, los arqueólogos también están hallando restos de fauna en niveles arqueológicos más recientes -del Paleolítico Superior-, por lo que esperan obtener igualmente datos sobre la alimentación y el medio ambiente de esta otra etapa.