Los vecinos reclaman más control sobre los «after hours» de la ciudad

Noe Silvosa A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

Las asociaciones de El Ensanche, el Orzán y la Ciudad Vieja manifiestan su descontento desde hace tiempo.

18 ago 2010 . Actualizado a las 11:35 h.

El enfrentamiento entre vecinos y locales after hours no cesa. La asociación vecinal El Ensanche, presidida por Gerardo Crespo, ya anunció en el mes de junio del pasado año la creación de patrullas vecinales ante la «dejadez» de las autoridades. Asimismo, exigió a Urbanismo la revisión de todas las licencias de los establecimientos que mantenían su actividad en Magistrado Manuel Artime, donde actualmente funcionan Soweto y El último no cabe. Pero la batalla que ya había emprendido en 2009 en contra de dichos bajos y de La Sala, establecida en Pintor Joaquín Vaamonde, continúa en la actualidad y las tensiones no hacen más que aumentar.

Crespo asegura que la normativa «es muy injusta para los profesionales de hostelería que trabajan honradamente. Pagan justos por pecadores, que utilizan una licencia para saltarse la ley». Sostiene también que la asociación mantuvo una reunión con Obdulia Taboadela, concejala de Urbanismo, para debatir la situación de estos negocios que actúan bajo la licencia de cafetería. «El Ayuntamiento lo permitirá, pero nosotros no. Acordamos una vigilancia constante», sentencia el presidente, que afirma que «incumplen la normativa, están poniendo música». En cuanto a la decisión de La Sala de carecer de música este pasado fin de semana, Crespo afirma que «no es aplicable a Soweto y los demás». La Policía Local y Urbanismo permiten esta situación ilegal y estamos disconformes».

Por su parte, los vecinos del Orzán también aseguran estar descontentos con el Rus, el Soneira y la Calita. «Oficialmente su licencia es la de café-bar. Lo hemos denunciado, lo hemos consultado y es lo que nos dicen», declara Aure López, presidenta de la asociación vecinal. Además, mantiene que concretamente el Soneira «sí que está abierto por la tarde», de modo que en el caso de que no interrumpa su actividad hasta la mañana del día siguiente estaría incumpliendo la normativa. Según Aure López, las quejas de los vecinos no van tan dirigidas a la música como a «los clientes que salen, y cómo salen. Hay casos de vecinos que abren sus negocios a las 10». López apunta que desde Urbanismo «vigilarán cuando hay una denuncia en casos puntuales y ya está». No obstante, declara que «el que hace las leyes también las puede modificar».

Desde la asociación de vecinos de la Ciudad Vieja también dicen verse afectados por la actividad del Caimán. Sin embargo su presidenta, María Rosa Quiroga, subraya que Taboadela les señaló «que no nos preocupásemos, que estaban bajo vigilancia y que iban a tener especial cuidado». Más optimista, destaca que «hay que darles un margen porque las cuestiones administrativas van lentas».