Falleció a los 100 años el médico Rafael Fernández Obanza, que introdujo la penicilina en España

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

El facultativo atendió a personalidades como Pedro Barrié de la Maza o Miguel Fleta.

16 jul 2010 . Actualizado a las 19:12 h.

El médico Rafael Fernández Obanza falleció ayer a los 100 años de edad. Él mismo se autodiagnosticó y se aplicó la terapia tras el descubrimiento de un cáncer. Pero a los ocho días de iniciar el tratamiento perdió la vida. Hoy se celebrará a las 13.30 horas un funeral en su memoria en la iglesia parroquial de San Jorge.

Nacido en Madrid en 1910 (en enero cumplió 100 años, aunque decía que ese día comenzaba su año 101 de vida, por lo que esta es la edad que figura en su esquela), fue el mayor de 12 hermanos. Su familia se trasladó a los pocos meses a A Coruña, en donde residió toda su vida y estableció su consulta en el Cantón Pequeño. Conocido como Felucho entre sus familiares y amigos («viene de Rafaelucho», apunta su hermano Gonzalo), en cuanto terminó el bachiller, cursó Medicina en la facultad de Santiago. Al finalizar sus estudios, empezó a ejercer y se convirtió en uno de los facultativos de referencia en la ciudad.

En su currículo destaca el hecho de haber sido el primer médico en usar la penicilina en España. Pese a la gran importancia del logro, Fernández Obanza le restaba mérito en una entrevista que concedió a La Voz el pasado mes de enero: «Fue una casualidad, perfectamente podría haber sido otro el primero. Carece de valor científico. Lo único que demuestra es que sabía que existía», decía entonces.

Junto a su hermano Carlos Fernández Obanza formó una de las parejas más exitosas de la medicina gallega, y ambos gozaron de un gran reconocimiento dentro de la profesión. Fue el médico que trató a algunas de las personalidades más importantes de la primera mitad del siglo XX en la ciudad de A Coruña. Entre ellas figura el tenor Miguel Fleta, al que Obanza atendió en las últimas horas de su vida. También asistió a Pedro Barrié de la Maza.

Pese a todos estos logros, quienes lo conocieron destacan, por encima de todo, el cuidadoso trato que prestaba al enfermo y su gran habilidad clínica. «Era un partidario de la humanística sobre la tecnificación de la medicina», recuerda Gonzalo Fernández Obanza, que señala que «Felucho se hizo médico y fue médico hasta el final, diagnosticando su propia muerte».

Todavía en activo hasta hace unos meses, aún recibía en su consulta visitas de pacientes que querían ser examinados por él. «Anteayer se presentó un hombre de 80 años que quería hacer una consulta», apunta su hermano.

Atraco en su propia casa

Rafael Fernández Obanza fue víctima de un atraco en su propia casa el 22 de abril del 2008. Dos personas que se habían hecho pasar por instaladores de gas se introdujeron en su domicilio con la excusa de revisar una caldera. Tras golpearlo violentamente, accedieron a su caja fuerte y se hicieron con una importante suma de dinero en metálico.

En el juicio los dos atracadores fueron sentenciados a tres años de cárcel, tras acordar con el Ministerio Fiscal una rebaja de dos años en su petición inicial.