La física de la Compañía

A CORUÑA CIUDAD

Mar Capeáns, la primera española en el CERN, ofreció ayer una conferencia a los alumnos del colegio

08 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Aún estáis a tiempo de participar. De aquí saldrán tres o cuatro premios Nobel. Espero veros allí». Así se despidió Mar Capeáns, ex alumna de la Compañía de María en Compostela y ayer conferenciante de lujo en el colegio de A Coruña para 52 alumnos del bachillerato de Ciencias. Su invitación es a Ginebra, al CERN, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas en el que ella ingresó en el 92 bajo el magisterio de Georges Charpak, que ese mismo año logró el prestigioso premio.

Ella, nacida en Santiago, fue la primera española en el CERN, donde ha dirigido un equipo tan grande como la catedral, el Atlas, uno de los cuatro detectores del gigantesco acelerador de partículas (27 kilómetros), que hace unos días logró reproducir a escala atómica la colisión del Big Bang, el origen del Universo.

Además de insistir en la importancia del inglés, herramienta de comunicación más que imprescindible para ser parte de un proyecto multinacional, inasumible por coste para un único país, Capeáns dejó claro lo poco que se conoce aún, apenas el 5% del Universo, y lo mucho que queda por comprender y demostrar. Para ello, cuanto más pequeño es lo que se trata de desentrañar, parece que más colosales han de ser los medios. El acelerador, ese anillo kilométrico de 4.000 millones de coste, busca provocar el choque de partículas más que diminutas para lograr otras aún más pequeñas y conocer, además de la esencia del mundo, cómo interactúan las fuerzas. Explicó que se introducen paquetes de 100.000 millones de protones que se cruzan una media de 40 millones de veces por segundo «pero solo 20 de ellos van a llegar a chocar».

En esas colisiones, que por repetición serán innumerables, esperan registrar lo que definió como «suceso interesante», uno entre cada diez billones. El más buscado es el único que, hasta ahora, jamás se ha encontrado: el bosson (que no botón) de Higgs, también llamada la partícula de Dios, mediadora que, en teoría, respondería a una de las grandes preguntas de la física moderna: ¿cómo adquieren masa las partículas? Sobre el papel, hace cincuenta años que el modelo estándar la definió, pero «es la única partícula predecida que no hemos visto todavía», dijo. Espera que en unos años se dé con ella en el CERN. Y para ello, aspira a contar con cerebros españoles. Algunos podrían esconderse bajo una gorra con el 57, el alumno con más curiosidad que timidez y el único que ayer preguntó a la experta en física.