«Durante un año pedí permiso en el trabajo para acompañar a mi hija a la facultad»

A CORUÑA CIUDAD

22 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Jorge Muñoz es vicepresidente de ABAC (Asociación Bulimia y Anorexia de A Coruña, www.abacoruna.com, 981?239?141) pero sobre todo padre de una joven que estuvo durante una década padeciendo bulimia, de la que hoy ya está curada.

El caso de Jorge Muñoz es paradigmático porque incluye un error en el diagnóstico -«un endocrino no supo detectar la enfermedad en los primeros síntomas»- y en la terapia -«el primer psicólogo al que fuimos no era especialista y retrasó dos años la terapia»- que alargaron hasta casi una década la enfermedad y curación de su hija.

Muñoz sabe que la bulimia se puede curar, pero también recuerda que «la detección precoz facilita en un 50% la curación» y que si uno no atiende a los primeros síntomas puede encontrarse con un trabajo durísimo. Ese fue su caso: «Durante un año tuve que pedir permiso en el trabajo para entrar más tarde y acompañar a mi hija a la facultad y que no estuviese sola en casa». A pesar de que ella se quería curar, en cuanto se veía sin vigilancia asaltaba la nevera o bajaba a la calle y se compraba comida de forma compulsiva para subir a casa y ponerse a vomitar.

Entiende Muñoz que «esta enfermedad es familiar, afecta a todo el entorno» y solo se supera cuando todos colaboran, algo que no es nada fácil: «La gente no entiende el comportamiento de estas pacientes, y se distancia... Se quedan sin amigas». Por eso, con su durísima experiencia, da tres consejos fundamentales a los padres: que estén atentos a los primeros síntomas, que se informen y que acudan a un especialista antes de actuar. Después, solo queda mucha paciencia, trabajo y esperanza.