Medio siglo de la chispa en Galicia

A CORUÑA CIUDAD

Bebidas Gaseosas del Noroeste (Begano) está de aniversario. La Coca-Cola, bebida universal, cruzó el charco desde Atlanta para entrar en la vida cotidiana de los gallegos hace 50 años. Hoy Begano vende tres millones de envases al día en la comunidad

01 ago 2009 . Actualizado a las 21:59 h.

Los que hemos nacido con el llamado baby boom tenemos ciertas imágenes en nuestra memoria que nos acompañarán de por vida. Una de ellas es la asociación de la niñez a un yoyó de Coca-Cola o al intento de volar una cometa de Fanta en un descampado del extrarradio urbanita. El desembarco en Galicia de aquella bebida originaria de la ciudad estadounidense de Atlanta cumple 50 años. Antes, el desconocimiento del refresco era tal que Rodrigo Peñalosa, en un viaje a Madrid, observó sorprendido cómo los jóvenes de la capital consumían con deleite botellas de Coca-Cola en un cine. Peñalosa se planteó en 1956, junto a su amigo Daniel Chaver, introducir en nuestra tierra el exitoso jarabe. Nacía así la sociedad López-Rey, con apellidos tomados de las mujeres de ambos emprendedores, y que constituyó el embrión de Begano.

La comercialización en los primeros tiempos era dificultosa. No existía fábrica y se tenía que recurrir a la distribución a través de Casbega. Los agoreros vaticinaban que la bebida no calaría entre los gallegos, pero la realidad fue otra. La necesidad de crecer y la demanda empujaron a los pioneros a contactar directamente con la compañía Coca-Cola. Se trataba de obtener una concesión del producto para Galicia. Y llegó en 1959 con la creación de Begano S.A.

Ahora había que buscar terreno para instalar la planta embotelladora. El lugar elegido fue una parcela situada a las afueras de A Coruña, en la concurrida avenida de Alfonso Molina. Los arquitectos Andrés Fernández-Albalat y Antonio Tenreiro Bronchon desarrollan un proyecto vanguardista, con un edificio acristalado que bebe directamente del racionalismo y de la arquitectura industrial. En 1961, data histórica, se embotella por vez primera una Coca-Cola en Galicia.

Desde esa señalada fecha hasta la actualidad, en la que se ha alcanzado la cifra de tres millones de envases vendidos al día, Begano ha sufrido un largo proceso de modernización. Los años sesenta fueron una época de exploración de mercado y de penetración. Nace la marca Fanta, primero en versión naranja y un año después limón, bebida que llegó a igualar e incluso a superar en ventas a la Coca-Cola. A este éxito también contribuiría la introducción en 1966 de las primeras máquinas expendedoras de refrescos.

Galicia entraba en el circuito de bebidas refrescantes y fabricaba de manera autónoma el jarabe más popular. Se produjo un gran crecimiento en el consumo durante los setenta, por la irrupción del envasado en lata de aluminio. Anecdótica fue la sequía estival de 1975 que mantuvo en vilo el embotellado por la carestía de agua en A Coruña, agravada por la inexistencia por aquellos años del embalse de Cecebre. Los años ochenta fueron testigos del despegue. La llegada de las botellas de plástico y de la Coca-Cola Light revolucionaron el mercado. Asimismo, entran en escena marcas como Aquabona, Burn, Minute Maid, Nordic o Nestea. Los noventa suponen otra revolución amparada en las nuevas tecnologías y en la innovación.

Sin embargo, Begano y su producto estrella, siempre presente en nuestra vida, penetró profundamente en la sociedad gracias a iniciativas ajenas a la espectacularidad de sus campañas publicitarias. Así, Coca-Cola promovió en Galicia numerosos actos de apoyo al deporte, se comprometió firmemente con la salud y también con el medio ambiente, colaborando de manera activa en el programa Voz Natura. Begano y sus nombres nos han deleitado con 50 años de un chispeante matrimonio con Galicia y han dejado impreso, para muchos, el recuerdo de una cometa mecida por el viento.