Savater aboga por que las nuevas tecnologías «mundialicen» la educación

S.B. / R.D. A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CÉSAR QUIAN

Un seminario sobre «Humanismo y telecomunicación» analiza en A Coruña la sociedad de la información Un premio Nobel y un filósofo, ambos en el listado de autores comprometidos, sirvieron ayer el plato fuerte del seminario «Humanismo y telecomunicación» que la Fundación Airtel celebra en A Coruña. José Saramago y Fernando Savater ofrecieron a un auditorio lleno de jóvenes su reflexión sobre la convergencia necesaria en la sociedad de la información. La ética de la técnica, es decir, la necesidad de que la tecnología lleve a todos los rincones la educación _y no sólo el capital_ fue el eje de la charla de Savater.

13 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

Los valores ciudadanos ante el nuevo milenio fue el título de la charla del portavoz de la plataforma ¡Basta ya!, un ejercicio dialéctico imparable que se sustentó sobre la diferencia entre pertenecer y participar. Planteó Savater la «individualidad desesperada» de quien se mueve entre «el casino global», donde lo único que se maximizan son las ganancias, y «los santuarios locales» de los desprotegidos que se parapetan en ideologías tribales. La solución, dice, es recuperar la ciudadanía, que «el sujeto sepa que su papel está con otros». Para ello, opina Savater que debe combinarse la acogedora pertenencia a una familia o a un grupo _entendida como algo «que nos identifica, no se elige pero tampoco se revoca»_ y la participación, «lo que nos define, porque es algo que decidimos». Aparece entonces la crítica y la educación como elemento imprescindible de «lucha contra la fatalidad», en la que, a su juicio, no debe depositarse en la tecnología toda posibilidad formativa. Existen todo tipo de computadoras, pero «no hay máquinas capaces de cambiar pañales», dijo. Existe lo racional, pero también lo razonable, que es «una sociedad de sujetos, no de objetos». La comunicación «es tener en cuenta a los otros» y las nuevas tecnologías, un instrumento para «mundializar no sólo el capital, sino la educación o la igualdad». Lejos de demonizar la Red, Saramago aseguró que la pregunta es quién se beneficia de Internet, un hipermercado que funciona con reglas monetarias. Para el Nobel, asistimos al fin de una civilización y «el nuevo ser humano quizá no tenga nada que ver con nosotros», un hombre cuyos puntos cardinales son el centro comercial, la discoteca, el estadio e Internet. «Hemos inventado una expresión contradictoria que es realidad virtual, el nuevo huevo de Colón», dijo.