Beatriz Martín: «Si no encuentro la familia idónea para un animal, se queda conmigo»

FErnando Molezún A CORUÑA

COIRÓS

CESAR QUIAN

Preside desde hace 15 años la protectora Gatocan, que tiene su refugio en Coirós

04 oct 2021 . Actualizado a las 09:40 h.

Hoy se celebra el Día Mundial de los Animales, coincidiendo con la festividad de San Francisco de Asís. Pero hay personas para los que todos los días del año son 4 de octubre. Es el caso de Beatriz Martín (A Coruña, 1955), que tiene «de nacimiento» una pasión por los animales que le ha llevado a consagrar su vida a su cuidado. Lo hace a través de Gatocan, la protectora que fundó hace tres lustros y que tiene su refugio en Coirós.

-Acaban de cumplir 15 años. ¿Cómo nació Gatocan?

-Mi marido y yo solíamos cuidar de animales abandonados, pero nos dimos cuenta de que así no íbamos a ningún lago, que había que hacerlo bien, por lo legal, y decidimos hacer todo oficial y crear un refugio, lo cual fue un gasto considerable. Fuimos buscando ayudas, financiando y buscándonos la vida como podíamos: que si rastrillos, que si calendarios... Y crecimos poquito a poco. Ahora tenemos 11.000 metros de terreno e instalaciones para 240 animales viviendo decentemente. Porque no se trata de amontonar animales. Nuestra filosofía es que, ya que no pueden vivir en una familia, que es lo ideal, al menos que tengan calidad de vida en el refugio.

-¿Por qué decidieron instalar el refugio en Coirós?

-Pateamos un sinfín de municipios buscando un terreno asequible, porque tenían todos unos precios imposibles. Y dimos con este de Coirós, que fue lo mejor que nos podía pasar, porque desde el principio encontramos muchísimo apoyo en el Ayuntamiento. El terreno era un camino de barro que te enterraba hasta la rodilla, pero desde el Concello nos arreglaron el acceso. La verdad es que el alcalde nos ha tratado siempre muy bien, cosa que no nos pasó en todos los concellos por los que pasamos.

«Tengo pasión por los animales desde que nací (...) ¡Sacaba a pasear hasta a los cerdos!»

-¿A qué se refiere?

-En algunos llegaron a exigirnos que diésemos servicio de perrera municipal, tal y como eran entonces. Y yo me negaba a sacrificar animales. Algunos ayuntamientos pretendían sacar un rendimiento, y nosotros solo queríamos ayudar a los animales.

-¿De dónde sacó esa vocación?

-Tengo pasión por los animales desde que nací. De pequeña, cuando íbamos a veranear a la casa que tenían mis padres en San Pedro de Nos, me iba a la casa de enfrente y les limpiaba la corte, llevaba a pastar a las vacas... ¡Sacaba a pasear hasta a los cerdos!

-¿Cómo andan ahora de ocupación?

-Siempre estamos al límite. Porque hay adopciones, pero tenemos lista de espera, es decir, que sale uno y entra otro. Por eso suelo decir que cuando se adopta a un animal no se ayuda solo al que se va a casa contigo, sino también al que está esperando para ocupar su espacio en el refugio.

-¿Por qué no hay más adopciones? ¿No hay interés o es que es algo demasiado complicado?

-No todas las protectoras funcionan igual. Lo cierto es que nosotros somos muy exigentes en los trámites de adopción, y eso es posible que lastre un poco el número de adopciones. Pero prefiero hace una adopción buena que cinco malas. Tengo que estar segura de que el animal se va con una buena familia. No se trata de sacar animales de delante para meter otros. Si no encuentro una familia idónea prefiero que se quede conmigo. Me pone muy nerviosa cuando se regalan animales como si fueran objetos.

-¿Cómo es el proceso para adoptar?

-Hacemos un cuestionario previo para ver si la familia se ajusta a los parámetros que buscamos. E, incluso así, a veces las cosas fallan. Por eso hacemos un contrato que nos permite hacer un seguimiento e incluso llevar al juzgado a aquel que no cumpla con los mínimos exigidos respecto a la calidad de vida del animal. Es mucho trabajo y necesitamos voluntarios para hacer estos seguimientos. Llevamos más de 2.000 animales entregados y hay que seguirlos a todos. El adoptante tiene que tener claro que es algo serio. Que es un contrato que va a durar lo que dure la vida del animal.

-¿Y cuáles son las preferencias en las adopciones?

-Siempre cachorros, que es comprensible, pero me da mucha pena. No se piensa en esos animales mayores que necesitan tanto cariño como los pequeños. Es una lástima que terminen sus días en un refugio.

««Sigo sin entender cómo alguien puede abandonar a un ser vivo que solo te da cariño»

Beatriz Martín asegura que en los 15 años que lleva Gatocan en activo todo ha cambiado para mejor en lo tocante a los derechos de los animales, aunque todavía queda mucho por hacer: «Se ha avanzado muchísimo a nivel legislativo, el problema es que no hay medios para hacer cumplir la ley. Pero sí que ha cambiado todo, incluso la mentalidad de las personas».

-Pero continúa habiendo abandono de animales.

—Muchísimo y sigo sin entender cómo puede hacer eso una persona que ha vivido con otro ser vivo que solo sabe darte cariño. ¿Qué pasa por esa cabeza o por ese corazón? Seguro que nada bueno.

-Su calendario se ha convertido en un clásico. Este año tienen a Xosé Ramón Gayoso posando.

—Sí, y tenemos que agradecérselo, como a todos los que han salido antes en el calendario, porque lo han hecho de modo totalmente desinteresado. ¡Hemos tenido incluso a Mario Casas!

-¿Es realmente una fuente de ingresos este calendario?

—Aporta mucho. Vendemos 2.000 calendarios, de hecho, hay gastos que dejamos para final de año porque contamos con ese ingreso. Funciona muy bien. Eso no quita que la base fundamental sean los socios, que aportan una cantidad mensual y supone alrededor del 80 % de nuestra financiación. Después hay ayudas de las administraciones, subvenciones que son bienvenidas, pero no dan para cubrir los gastos del refugio ni de lejos.

-Dar de comer diariamente a 240 animales no ha de ser barato.

—Pues súmale el gasto de personal, los gastos en veterinarios, medicación... Afortunadamente vamos teniendo más altas que bajas de socios. Ahora somos 1.134, pero ojalá fuésemos muchos más.