El último episodio registrado en estas viviendas de protección oficial de Coirós es una fuga de agua por un extractor
24 abr 2018 . Actualizado a las 13:07 h.En la urbanización de Pedrapartida, en Coirós, la humedad tiene mucho más poder que la Administración. Muchos de los vecinos de estas 16 casas de promoción pública, habitadas desde hace cinco años, no consiguen sacudirse un mal que está minando su salud. Aquí un deshumidificador es un electrodoméstico casi más necesario que una nevera.
Hace dos años reclamaron a la Xunta, promotora de la urbanización a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo, las oportunas obras que solucionaran los graves problemas de humedad. La Administración exigió entonces a la empresa constructora (Construcciones Ángel Jove S.A.), ya que estaba en garantía, los arreglos oportunos. «Pero solo cambiaron zócalos y sustituyeron las puertas de madera por otras metálicas», explica David Naveira, uno de los residentes que soporta la vida en esta casa con vistas al monte, y con especial preocupación desde hace meses, cuando nació su hija. En su habitación, junto a una cuna asoma otro gran deshumidificador, pero aún así el olor a humedad es insoportable, y la condensación del cristal acaba formando un pequeño cúmulo de agua en el hueco de la ventana.
David lleva días de baja. «Artrosis», dice al tiempo que pone cara de que no tiene otra que seguir allí aguantando. Camino de la cocina señala los zócalos ennegrecidos, como dientes podridos. «No te lo vas a creer, son los zócalos nuevos, los que cambiaron hace menos de dos años». Cierto, cuesta creerlo. En la cocina aparentemente todo está en orden. Aquí incluso la humedad se nota menos que en otras estancias.
Sin Internet
Pero David señala entonces la campana extractora. Aparentemente todo está en orden. «Pero hace unos meses por aquí bajaba el agua, literalmente, no era humedad, era agua de lluvia por el medio de los cables y el motor...», relata el vecino, quien también lleva reclamando servicio de fibra óptica hasta los pies de la urbanización, ubicada no muy lejos del centro de salud y de la escuela infantil Galiña Azul.
Consultadas por este periódico, fuentes del Instituto Galego de Vivenda e Solo hicieron especial hincapié en el perfil de la zona elegida, «especialmente húmeda». Recuerdan que ya hubo un primer episodio de desperfectos y deficiencias que fueron solventadas. «Despois detectouse unha persistencia das incidencias e hai identificados severos problemas de humidade», indican desde el organismo de la Consellería de Vivenda. Antes de la Semana Santa de este año se realizó un requerimiento a la empresa constructora para que proceda a su arreglo. «Agora mesmo estase a facer o informe dos problemas e, se a empresa non os soluciona, o fará o Instituto Galego de Vivenda e Solo de maneira subsidiaria», indican desde la Consellería.