«La subvención económica no hace que te decantes, pero desde luego ayuda algo»

e. s. COIRÓS / LA VOZ

COIRÓS

12 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

David Naveira es de Coirós. Su mujer, Yolanda, de Irixoa. Durante un tiempo estuvieron mirando solares donde poder construirse una casa, pero llegó una oportunidad que no dejaron escapar cuando les concedieron en Coirós un chalé adosado de protección oficial. Esa fue la puntilla para que decidieran quedarse a vivir allí. «Es que en Irixoa no hay escuelas infantiles y tampoco ofertaban viviendas de protección». Y el colmo fue este año, cuando tras nacer su primera hija, Naiara María, recibieron 600 euros del Concello de Coirós. «Hombre, no es lo que te hace decantarte por uno u otro ayuntamiento, pero desde luego siempre ayuda algo». Explican que el destino de ese dinero ya lo tienen claro: unos 400 euros lo dedicarán a leche y vacunas para la niña y los 200 restantes irán para comprar ropa u objetos de puericultura que les vayan haciendo falta. «Y siempre justificando el gasto con los tiques de compra», explica David.

David, que el próximo jueves cumplirá 38 años, dice que, en realidad, nunca se plantearon irse a vivir a la ciudad porque «aquí todo es más barato y, con los mismos servicios, tenemos mayor calidad de vida». La pareja, de hecho, ya residía antes en un piso de alquiler en Coirós y pocas veces hablaron de la posibilidad de mudarse a Betanzos, Culleredo o A Coruña. «¿Para qué? Yo tengo aquí mi trabajo. Nos saldría mucho más caro, ya solo en desplazamientos». Como ellos, miles de jóvenes aprovechan las facilidades e incentivos que ofrecen los ayuntamientos pequeños para atraer población. En algunos casos, como Coirós, en metálico.