Los jabalíes destrozan el entorno del centro de salud de Coirós

Antón S. Rodríguez COIRÓS / LA VOZ

COIRÓS

CÉSAR DELGADO

Las batidas no consiguen reducir las poblaciones de esta especie

11 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay fronteras para los jabalíes. Cada vez se hacen más visibles al hombre y se acercan mucho más a las viviendas. La multiplicación de esta especie en la comarca coruñesa ha sido casi exponencial en los últimos años, y las batidas apenas han servido para limar su demografía. El pasado fin de semana, un grupo de jabalíes aró toda la parcela ajardinada junto al centro de salud y la escuela infantil de Coirós, ubicadas en el lugar de Pedrapartida. Así se lo encontraron los usuarios y trabajadores de ambos edificios públicos.

Parecía ser la respuesta desafiante a la batida celebrada el pasado sábado. «No matamos ni uno», reconoce Fernando Fernández, presidente del tecor de Pedrapartida. Y a la escasa fortuna en la jornada de caza se une que muchos de los espacios del tecor, como el entorno del centro de salud y la escuela infantil, son zonas vedadas para disparar.

El próximo sábado, un día antes del inicio de la temporada de caza menor, volverán a intentarlo. «Han hecho mucho daño en el entorno, los destrozos son innumerables, pero están en Coirós y en todas partes, raro es el municipio donde no se han visto», añade. Como ejemplo reciente están los hornos de Lamastelle, en la carretera de Montrove (Oleiros), donde estos mamíferos consumaron una desfeita también durante el mismo fin de semana.

 Por cada excursión de un jabalí hay una historia de frustración de algún agricultor, como José Antonio González, que este año se ha quedado sin patatas en su finca de Coirós de Abaixo por culpa de esta plaga. Ahora tendría que estar recogiéndolas, pero los animales le ahorraron el trabajo después de pasar el verano por su finca. Lo curioso es que para acceder a este pequeño terreno pasaron junto a una parcela mucho más grande y también plantada de patatas. «Pero esas non as quixeron, viñeron dereitos a estas, esnaquizaron as raíces e só deixaron as que non valían», explica. Su mujer, Pilar Castro, ofrece su particular teoría para explicarlo. «Nós non lle aplicamos nada de química, nada de sulfato, estas eran todas naturais... vese que saben escoller», ironiza. «Xa non compensa plantar: entre o abono, o tempo invertido... para isto non».