El retraso judicial obligó a reducir la condena a una explotación porcina de Coirós, a pesar de que el juez reconoce que «impidió la vida normal de los vecinos»
14 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El juez los culpa de poner en peligro la salud de los vecinos, de verter purines durante años al río Fervenza, de matar árboles y derribar muros, pero no puede imponerles más que una multa de 300 euros porque la denuncia que llevó al banquillo a los responsables de esa explotación porcina de Coirós se durmió en los tribunales y el retraso judicial obligó a reducirles la condena notablemente. Así las cosas, los dueños de la sociedad Exporsal S.L. solo tendrán que pagar una multa de 300 euros como autores de un delito contra el medio ambiente.
Esta explotación, ubicada en el lugar de Recebés, en la parroquia de Santa María de Ois, en Coirós, «impidió la vida normal de los vecinos por el fuerte olor y los insectos que causaba la empresa», que carecía de todo tipo de medidas medioambientales exigibles para ese tipo de granja, según reza la sentencia.
El juez también recuerda las muchas denuncias y protestas vecinales que motivaron aquellas malas prácticas. Se cuenta en la sentencia que los procesados, a través de una manguera semienterrada por el terraplén de la explotación (las aguas pluviales se mezclaban con los purines), iba a parar primero a unas casas y luego al río.
Augas de Galicia, al enterarse de lo que allí estaba pasando, sancionó a la empresa en el 2008 con 6.000 euros y obligó a sus propietarios a realizar las obras necesarias para que nada de lo que allí ocurría -como cadáveres de cerdos al aire libre en la explotación- volviese a suceder. Pero un año después, cuando por allí pasó el Seprona, los agentes comprobaron que no se había realizado trabajo alguno y que todo estaba como el primer día, emitiendo purines por una manguera al regato das Golfas, que muere en el río Fervenza y en sus fincas aledañas.