Manolo, la labrega de Carral procesada por comportarse como un hombre

M. M.

CARRAL

En la imagen, vemos la sentencia del caso de Manolo, juzgado por la Audiencia de A Coruña en el año 1939. El nombre de mujer con el que fue bautizada esta vecina en Carral todavía no se puede desvelar por la ley de protección de datos. Esta sentencia está depositada en los fondos del Arquivo do Reino de Galicia y en Galiciana
En la imagen, vemos la sentencia del caso de Manolo, juzgado por la Audiencia de A Coruña en el año 1939. El nombre de mujer con el que fue bautizada esta vecina en Carral todavía no se puede desvelar por la ley de protección de datos. Esta sentencia está depositada en los fondos del Arquivo do Reino de Galicia y en Galiciana

Una gallega fue detenida en 1939 por su vestimenta poco femenina

21 mar 2023 . Actualizado a las 11:11 h.

«Escándalo público», así de contundente es la primera página de la causa contra una vecina de Carral procesada en 1939 por comportarse como ser hombre. Su nombre al ser bautizada era secundario para la propia protagonista de esta historia, que siempre se identificó como Manolo.

Pese a haber sido registrado como mujer al nacer, vivía con una identidad masculina. Vestía y actuaba como tal, tanto en casa como fuera, en los bailes o en las tabernas. Su caso está custodiado en los fondos del Arquivo do Reino de Galicia.

«Teño visto moitos casos de disidentes sexuais na Galicia do pasado que cuestionaron dalgún xeito as normas sobre o xénero e a sexualidade, pero a historia de Manolo é especial», avanza Daniela Ferrández, investigadora del grupo Histagra, de la USC.

Buceando en los libros que recogían las miles de sentencias celebradas en la Audiencia de A Coruña entre 1935 y 1955 y que el Arquivo tiene digitalizadas en el portal Galiciana.gal, la historiadora dio con el caso de Manolo.

Sus palabras

«Normalmente, nestes expedientes non aparecen voces en primeira persoa, e cando o fan están tremendamente condicionadas. Por exemplo, da historia de Elisa e Marcela temos moitos detalles, pero non chegamos a saber que pensaron as súas protagonistas. Manolo é diferente, pois non tivo problemas ao declarar para expresar as súas emocións, falando do seu gusto por vestirse de home», continúa Daniela.

A medida que avanzaba por las páginas, la investigadora posdoctoral se fue maravillando más de este caso. Manolo expresaba, reproduce Daniela, que por más que lo intentara, «no pude tornar a vestir de niña, o mejor dicho, de mujer», manifestó.

El testimonio del dueño de la taberna en la que fue detenido mientras jugaba al dominó y bebía vino, resaltó que se enfadaba si lo llamaban con su nombre de mujer. Las hermanas de Manolo testificaron que vestía de hombre desde pequeño. Los que lo criminalizaron en la vista achacaban que «no estaba bien del sentido, pues no es propio de una persona cuerda lo que ella hace».

Precedentes: ilustración con la que el desaparecido periódico «La Iberia» reprodujo el caso del «hombre-mujer» del sanatorio de Santa Cristina de Madrid, en 1906
Precedentes: ilustración con la que el desaparecido periódico «La Iberia» reprodujo el caso del «hombre-mujer» del sanatorio de Santa Cristina de Madrid, en 1906

Encerrado en un convento

Según las declaraciones de los testigos, Daniela averiguó que en Carral se habían acostumbrado a su comportamiento, lo que no implica que no tuviera problemas en casa. «Aínda así, non o denunciaron e Manolo declarou que ‘‘sus padres le aconsejaban vestir honestamente, con arreglo a su sexo, pero no le obligaban tajantemente''», reproduce la investigadora.

La pregunta es por qué irrumpieron entonces un día de 1939 en la taberna que frecuentaba. «Segundo os informes, o comandante do posto da Garda Civil de Carral ordenou a súa detención ao ter noticia da súa existencia e cumprindo unha circular da fiscalía da Audiencia Territorial, que facía un chamamento ás autoridades para extremar a vixilancia sobre posibles desviacións morais», relata Ferrández, y poner freno así al libertinaje de los años de la Segunda República.

La posguerra marcó su suerte. El proceso se saldó con una condena de dos meses y un día de prisión y 500 pesetas de multa. «Pero sabemos que trala súa detención estivo ao redor dun ano retido nun convento», apunta Daniela.

Sin embargo, él no cambió. A pesar de los requerimientos, «non abandonou a súa indumentaria masculina ao declarar», destaca Daniela. Lo que hace intuir que siguió después el mismo camino.

Desde el Arquivo do Reino de Galicia, cuyas dependencias están en A Coruña, constatan que hay algunos procesos más antiguos que el de Manolo en sus fondos, como el de un hombre detenido en Mondoñedo por andar vestido de mujer a principios de 1830, en el contexto de las guerras carlistas. Fue exculpado gracias a un indulto general de la reina Isabel II. Sin embargo, aquí su caracterización se debía más a razones «políticas». Las mujeres no estaban obligadas a llevar consigo un pasaporte, a diferencia de los hombres.