Hay más quejas: «El servicio de prensa contratado tienen orden de que no salgan nuestros nombres ni imágenes». «Y luego está lo de la última reunión que tuve con las Anpas en la sala de juntas del Concello. Me pasé allí toda la tarde de un sábado preparándola, me fui por la noche y cerré el Ayuntamiento. A la mañana siguiente, esa sala estaba cerrada con llave, una llave que yo no tengo. Por suerte, quien clausuró aquello olvidó cerrar la puerta del despacho que conecta con la sala y pudimos hacer la reunión, todo así...».
Una subvención, el origen
El detonante de las malas relaciones reventó con la subvención del IDAE de 1,5 millones de euros, a los que el Concello debía añadir otros 300.000, lo que provocó la negativa de la parte de Alternativa dos Veciños. «Era una oportunidad histórica para nuestro municipio, yo mismo me moví para que la Diputación nos ayudara y el propio presidente nos dijo que no iba a permitir perder ese dinero». Con todo esto y, una vez que se enconaron las relaciones con continuas palos en las ruedas socialistas, estos se plantearon varias salidas en las últimas semanas. «Pensamos en todas las opciones: dimitir, presentar una moción de censura,... pero al final vemos que podemos seguir manteniendo nuestras áreas al poder trabajar con otros organismos, como la Sareb (en Carral hay más de 300 viviendas inacabadas pertenecientes a este banco), o al Sepes para la ampliación del polígono industrial, nos vamos buscando la vida para cumplir nuestros 25 objetivos marcados», indica el portavoz del partido que permite que Alternativa gobierne en Carral. «Creo que incluso Javier lo está pasando mal, él es el que ganó las elecciones, no Alternativa dos Veciños, Alternativa es muy trumpista, usan un tono muy agresivo, llaman a gente para calentar los plenos, nos machacan desde dentro todo lo que pueden».